Sesenta y cuatro largos años de ausencia pasaron desde la última pelea profesional en Cuba, en lo que se fue un regreso histórico. La velada se desarrolló en el Hotel Meliá Internacional de Varadero, y contó con una cartelera compuesta por seis combates profesionales, en los que hubo presencia de figuras locales con destacados logros en el Olimpismo, títulos en disputa de la Asociación Mundial de Boxeo, y con una presencia argentina. El cordobés Martín Bulacio lo dio todo pero fracasó en el intento de conseguir el título continental de la Asociación Mundial de Boxeo de peso semipesado y no pudo ante el bicampeón cubano Arlén López: cayó por decisión unánime en 10 rounds.
Un duelo en el que el dominio siempre lo impuso López y que lo fue construyendo poco a poco, con paciencia, trabajo, estrategia y sacrificio. El cubano apeló a variedades y combinaciones de golpes, y cambió de guardia, trabajó en los golpes largos y golpes cortos y así fue encontrando precisión con los uppercuts y envíos largos, con ritmo pausado. Por el lado del argentino, lo mejor de él se vio en la corta distancia, con un buen trabajo al cuerpo de su rival, manifestando el coraje y una buena preparación física, Si bien es cierto, ninguno de los dos estuvo sentido y ni excedió el combate, el triunfo fue claro por parte del local. Bulacio finalizó con un corte debajo de la ceja derecha.
Pero, ¿Qué pasó hace sesenta y cuatro años atrás? La última cartelera profesional se había dado en Cuba un 27 de octubre de 1961 en el Palacio de los Deportes de La Habana. Aquella noche, Paul Díaz noqueó en el quinto round a Julio Carreras en peso mediano. En 1962, Fidel Castro decretó la prohibición total de los deportes rentados y le dio un fuertísimo impulso a la actividad amateur a tal extremo que se ganaron cuarenta y dos medallas olímpicas y el país fue un semillero de boxeadores magníficos como Teófilo Stevenson y Félix Savón, quienes tres veces lograron la medalla dorada entre los pesos pesados.
Tras aquella decisión política de Fidel Castro, grandes pugilistas cubanos, exponentes de un estilo con clase, finura y de alta escuela técnica, debieron dejar su país y trataron de ubicarse en el extranjero para que sus carreras prosperen, entre algunos de ellos se encontraron José Ángel «Mantequilla» Nápoles y Ultiminio «Sugar» Ramos que lograron nacionalizarse mexicanos y llegaron a ser campeones mundiales en representación de ese país al igual que José Legrá en España, y Benny Paret y Luis Manuel Rodríguez quienes lograron dejar su marca en los Estados Unidos.
Yendo un poco más a la actualidad, en el 2022 ya sin Castro en el camino, el gobierno de Miguel Díaz Canel aceptó de nuevo que los aficionados pudieran alternar peleas con los profesionales pero mantuvo la prohibición para los festivales, y el 11 de agosto del 2024 se autorizó la realización de la Noche de los Campeones de la Asociación Internacional de Boxeo, nuevo nombre adquirido de aquello que alguna vez fue la AIBA (Asociación Internacional de Boxeo) y que gobernó la actividad amateur en todo el mundo hasta que denuncias dudosas de corrupción obligaron a refundarla. Como esa entidad carece de inclusión a nivel mundial y en verdad, resulta un desprendimiento del organismo que rigió el boxeo aficionado, se considera a la velada de Varadero como el auténtico retorno del profesionalismo y el primer acceso de una entidad como la Asociación Mundial que nunca antes había podido hacer pie en el país.
En el presente, entre los boxeadores cubanos se encuentran Robeisy Ramírez, David Morrell, Osleys Iglesia, Andy Cruz y Yoenli Hernández, quienes rotan con éxito en una gran variedad de las principales carteleras del mundo. Pero ninguno de ellos ha podido permanecer en su país natal y siendo así que debieron radicarse en los Estados Unidos, México y Europa para poder hacerse conocidos y poder consagrarse con éxito en el cuadrilátero.
Si con los debidos controles y salvaguardas, las programaciones profesionales empiezan a tener cierta continuidad en Cuba, otro será el futuro para las nuevas generaciones de pugilistas y habrá más atracciones para un público que ama el boxeo de calidad que siempre caracterizó al país de Centro América y supo vibrar con los grandes campeones que les dio la historia.
Lucas Pérez Evans, 2° A, turno tarde