Desde su rol sobrio en los 70 hasta el estilo intrépido de los 90, el movilero fue testigo y protagonista del cambio en el periodismo callejero.
El periodista movilero es una figura icónica del periodismo que, micrófono en mano, llevó la noticia desde el corazón de los hechos hasta la audiencia. Sin embargo, su rol evolucionó significativamente con el tiempo, y marcó etapas distintas en la forma de informar desde la
calle.
En sus primeros años, durante las décadas del 70 y 80, el movilero era la voz seria y sobria que transmitía hechos con distancia profesional. Sus reportes, formales y precisos, mantenían una objetividad que reforzaba su credibilidad frente al público.
Con la llegada de los años 90, este rol sufrió una transformación profunda. La televisión demandaba dinamismo, cercanía y un enfoque más humano. Así, el movilero dejó de ser un testigo distante para convertirse en protagonista. Empezaron a interactuar con figuras públicas y la audiencia, adoptando un tono espontáneo y hasta humorístico que cautivó a muchos espectadores.
Este cambio no estuvo exento de críticas. Periodistas tradicionales señalaron que el nuevo estilo podía trivializar temas serios y restar profundidad al periodismo callejero. Sin embargo, otros destacaron la frescura y la capacidad del movilero de conectar con una audiencia que pedía información más cercana y humana.
Hoy, la figura del movilero continúa vigente, adaptada a los tiempos modernos. Aunque los estilos varían, su esencia sigue siendo la misma: estar en el centro de la noticia, incomodar al poder y ser el puente entre el lugar de los hechos y el público.
Una producción especial de: Mauricio Ayala y Santiago Sanchis