El escalofriante caso de Aralí, la nena que fue brutalmente asesinada en Córdoba

Continúa la investigación de la muerte de la pequeña de tan solo ocho años.

En la localidad Brinkmann, Córdoba, encontraron el cuerpo sin vida de Aralí Vivas, una nena de ocho años que estaba en una habitación de su casa, prendida fuego. Según informaron los forenses, el hecho ocurrió en la medianoche del viernes 1° de noviembre, 14 horas antes de que la policía encontrara el cuerpo. Durante esas horas, dos menores estuvieron con el cadáver de su hermanita.

Los bomberos llegaron al domicilio y encontraron el cuerpo de la menor, calcinado en su totalidad. “El cuerpo estaba boca abajo, en la cama y abrazado a una almohada”, detalló un bombero. A pesar de eso, las autoridades confirmaron que murió antes de que se produjera el incendio, y se determinó que “el incendio fue claramente para ocultar el homicidio de la niña”.

Hasta el momento hay tres detenidos; la madre, Rocío Rauch 28 años, detenida por homicidio calificado por el vínculo en calidad de partícipe necesaria, el padrastro de Aralí, Matías Simeone, de 33 años, y un amigo de él, Cristian Hernán Varela, de 40 años.

Los testimonios de los vecinos fueron clave para entender el entorno en el que vivían Aralí y sus hermanos. “Esos chicos han vivido un calvario”, dijo un grupo de vecinos. Además agregaron que la mujer tomaba alcohol y consumía drogas, y que por eso en su momento le ordenaron hacer un tratamiento en la Red de Adicciones Córdoba.

Uno de los hermanos contó lo que sucedió ese día; él cuenta que el padre los invitó a jugar a la pelota, entonces sube a llamar a la nena que “estaba dormida”: “La tapé y bajé”, comentó. Pero no se dio cuenta de que para ese momento, Aralí ya se encontraba sin vida.

A las declaraciones se sumó la de Betiana Heredia, prima hermana de Rocío, la mamá de la víctima. Esta mujer contó que Aralí estuvo bajo su tutela unos meses pero que luego se la dieron a la mamá, a pesar de sus problemas con la adicción. Ella misma dice que ese día presentía que algo malo iba a suceder, porque cuando pasó a buscar a los nenes para llevarlos a la iglesia notó algo raro.

“Como todos los sábados, pasé por la casa y me atendió Simeone. Le pregunto por los nenes y me dice que a uno de ellos se lo había llevado el abuelo, otros dos estaban en otro lugar y entonces quedaban tres. Entre esos tres estaba Aralí. Le pregunto por ella porque no la veía y me dice que estaba durmiendo. Entonces le dije que la despertara para que la llevara a la iglesia, pero él comenzó a decirme que la madre no estaba desde el viernes y otras cosas más”, comentó Betiana.

Al igual que los vecinos, cree que la tragedia se podía haber evitado si la Justicia se hacía cargo desde un principio, ya que no era un lugar para los chicos. “Todo el mundo lo sabía. Era un ambiente donde había maltratos, donde había peleas, donde había discusiones, consumo de droga, consumo de alcohol, fiestas. En ese ambiente ocurría todo esto”, describió la prima de Rocío.

Oscar Gieco, fiscal a cargo del caso, dijo que uno de los acusados afirmó que “era costumbre abusar de esa niña” sin decir cuál de los tres fue. Agregó que fue un testimonio espontáneo que el detenido dijo mientras lo estaba arrestando, donde lo escucharon tres policías. Gieco considera que la mataron para tapar un delito precedente, que sería el abuso. Y piensa agravar la imputación a homicidio criminis causa; matar para ocultar otro delito; en este caso, la pena es prisión perpetua.

Julieta Vera, 2°A TT