Nacido en Camerún en 1995, Thierry Futeu llegó al rugby por un malentendido. Cuando tenía 14 años y su tierra estaba fascinada con el fútbol gracias al delantero de la selección de fútbol Samuel Eto’o, un amigo le dijo que un equipo buscaba jugadores. Se presentó a una prueba, dispuesto a probar fortuna en el fútbol pero, al llegar, se encontró con una pelota ovalada. Atravesó durante tres meses el norte de África para llegar a Marruecos, donde fue la prueba, por lo que decidió seguir hacia Europa.
Encontró en Marruecos a una familia que le brindó su ayuda, le cedió un lugar en su casa y le dio un trabajo en un restaurante, lo que le permitió ahorrar para ir en busca de su objetivo.
Luego de dos fallidos intentos, en su tercer intento, un 28 de mayo de 2014 pudo saltar “ la valla” de Melilla junto a otros 449 inmigrantes. Se fue a Málaga y, luego a Miraflores de la Sierra, en Madrid, donde lo recibió la ONG «Movimiento por la Paz».
Esta ONG le facilitó el acceso a un equipo de rugby, el «Griffon», formado en su mayoría, por policías nacionales, para después jugar en el conjunto que creó este mismo cuerpo de seguridad, los «Custodians». También jugó en la Facultad de Ciencias Políticas de Madrid, un gran paso que le permitió acceder a pruebas en clubes de Madrid.
José Ignacio Inchausti fue quien le abrió las puertas al rugby profesional. Le permitió conseguir su primer fichaje como jugador, y le aconsejó que pasara a ser pilar izquierdo, para aprovechar sus cualidades técnicas. Gracias a ese consejo y a su gran esfuerzo durante tantos años, «Titi» pudo competir en la liga francesa, en el Stade Français, en el Carcassone y en el Chartres.
La residencia legal en España, obtenida en 2019, le permitió formar parte de la Selección. «La primera vez, cuando sonó el himno, empecé a recordar todo, a la gente que me había ayudado cuando lo necesitaba. Y me dije que tengo que dejar la vida por un país al que llegué ilegalmente, me acogió y me da la oportunidad de representarlo. Fue un honor y una alegría total», expresó en una entrevista.
Thierry Futeu se fue de casa en septiembre de 2013, con tan sólo 18 años. Recorrió media África, desde Camerún hasta Marruecos, saltó la valla fronteriza de Melilla y se hospedó en una ONG en Madrid. Seis años y medio después de su partida desde uno de los barrios más pobres de Duala, consiguió convertirse en jugador profesional en el prestigioso Stade Français.
En la actualidad, el internacional español pudo cumplir con uno de sus objetivos: creó una escuela de rugby en Camerún, puesta en marcha en 2020, en la que ya se entrenan 50 chicos y chicas. Espera poder regresar como técnico el próximo año, una vez que España haya logrado la clasificación al Mundial de rugby de 2027.
Malena Agostina Madera, 2° «B», turno mañana