Todo equipo tiene su racha adversa y inversa, no es nada de otro mundo. Vélez fue uno de los grandes dominadores a fines del siglo pasado, no solamente por títulos (como Libertadores e Intercontinental) sino la materia prima que saca de sus divisiones inferiores. En el nuevo milenio no fue la excepción. Sin embargo, el club de Liniers pudo festejar por última vez hace ya diez años ante la última gran camada de futbolistas que supo moldar y dirigir Ricardo Gareca y el Turu Flores.
Hace dos años atrás, precisamente en 2022, las ilusiones volvieron aparecer por el elenco del Fortín. Cacique Medina tomaba las riendas de un plantel que apostaba todo a la Copa Libertadores (intentando querer cortar la hegemonía brasilera) y dejando para un costado el Campeonato algo que le traería consecuencias al corto plazo. Vélez clasificó de forma agónica en la última fecha de su grupo y en octavos se mediría ante River, cuando los pronósticos lo daban como favorito al elenco de Núñez, Vélez empezaría a pisar fuerte y lo eliminaba en el Monumental. Talleres fue su rival en cuartos, en un partido cambiante en el Amalfitani el elenco de Medina ganaba sufriendo, y en Córdoba seguía siendo la revelación de la competencia, porque ganaría por la mínima y se metía en las semifinales tras diez años. Sin embargo, en semifinales se enfrentaría a un viejo conocido, Flamengo, qué nuevamente mostró la supremacía brasileña y liquidaría la serie en la ida por (0-4). La vuelta en el Maracaná, el Mengao maquilló una serie que ya estaba definida ganando por (2-1). El sueño de Los Fortineros se moría en Brasil, Alexander Medina pegaría el portazo y dejaría de ser el entrenador.
El 2023 fue un año muy complejo, con dos entrenadores en el medio la «crisis» de Vélez empezaba a tomar forma y el objetivo principal pasaba en la lucha de mantener la categoría y no descender por segunda vez en su historia-la primera quedó allá en lo lejos en 1968-, y por la última fecha de la Copa de la Liga, los de Liniers vencieron a Colon por (3-1) en el Estadio José Amalfitani y se aseguraron su lugar en la máxima categoría del futbol argentino. Atrás quedaron las angustias, las ansiedades, los insomnios por parte de los hinchas y le dieron lugar al éxtasis de la felicidad y la alegría. Para este año Vélez renovaría todo su cuerpo técnico tras la renuncia de un hijo de la casa como: Sebastián Méndez. Además de un gran porcentaje de todo su plantel con altas y bajas.
Para este 2024, Gustavo Quinteros tomaba las riendas del plantel que tenía como gran objetivo empezar a mirar más la tabla de arriba que la de abajo. Vélez haría una Copa de la Liga de menor a mayor, pero la cosa comenzaba torcida. River lo goleaba en el Estadio Monumental a principios de febrero y el entrenador se llevaba todas las miradas y criticas juntas. Sin embargo, ese duro golpe lo terminaría fortaleciendo y terminaría una fase grupos extraordinaria: clasificándose cuarto en su zona, venciendo de forma agónica a Independiente de Rivadavia en Mendoza al último minuto. En cuartos y semifinales les ganaría a Godoy Cruz (2-1) y Argentinos Jrs. por penales (4-2) y terminaría accediendo a la final obteniendo el subcampeonato, tras caer por el manchón de los penales ante Estudiantes (LP). Los números del Fortín por Copa de la Liga fueron: 8 triunfos, 6 empates y 3 derrotas. A pesar de las tristezas del pueblo Velezano por perder un título y estar tan cerca y lejos a la vez, algo positivo se empezaba a rescatar y es que, las expectativas irían cambiando y las ilusiones se empezaban a renovarse nuevamente. Allá a lo lejos quedaban esas angustias e insomnios de sus hinchas con el temor que les rondaba a perder la categoría y encima transitar los conflictos dirigenciales. Ahora el por qué no de volver a ser participe de cada campeonato y volver a ser un gran club (como indica uno de sus lemas tradicionales) como lo fue en gran parte de su historia.
Para esta Liga Profesional, el Fortín no hizo la excepción. La primer fecha no comenzó como se esperaba, derrota (3-1) en el Bosque ante Gimnasia (LP). Desde allí, el equipo empezó a volver a encontrarse con su performance que lo caracterizó en el primer semestre, y cuando nadie se lo esperaba, tomó la punta del campeonato y hasta el momento no la soltó. Le sacó cuatro unidades de diferencia a Huracán a falta de jugarse ocho fechas restantes. Y por otro lado, supo naufragar tanto como local y visitante con rivales complicados. Ante: Independiente, San Lorenzo, Racing y River. Con pocos renombres, con jugadores de poco pesos pesados y con la idiosincrasia que lo caracteriza de sus divisiones inferiores, en Liniers todos sueñan con que esta vez se termine dando y que el Fortín vuelva a celebrar un título tras diez largos años de espera.
Por: Agustín Cora 2°B-turno tarde