Alcanzar los 100 años de edad sigue siendo algo poco común en la actualidad, pero algunas personas han logrado llegar a esta edad, y comparten ciertos hábitos que pueden ayudar a prolongar la vida. Existen zonas en el mundo, conocidas como Zonas Azules, donde la gente suele vivir hasta edades avanzadas. Estas regiones han sido objeto de estudios científicos con el objetivo de descubrir los secretos de la longevidad. Un análisis reciente de estudios observacionales publicados desde el 2000 identificó cuatro hábitos fundamentales entre las personas centenarias:
- Dieta equilibrada con bajo consumo de sal: Una dieta balanceada y variada es uno de los pilares más importantes para la longevidad. Las personas que llegan a los 100 años suelen consumir alimentos frescos, locales y naturales, priorizando:
– Frutas y verduras
– Alimentos ricos en proteínas
– Carbohidratos saludables - Descanso adecuado: El buen descanso es otro factor crucial. Las personas que superan los 100 años dan mucha importancia al sueño, asegurándose de dormir lo necesario para que su cuerpo pueda recuperarse. El sueño adecuado favorece la regeneración celular, mejora la memoria y fortalece el sistema inmunológico.
- Vivir en zonas con fuerte apoyo social: El entorno también juega un papel clave. Las personas longevas suelen vivir en comunidades donde la interacción social es parte de la vida diaria, lo que mejora su salud mental y emocional.
- Uso limitado de medicamentos: Otro hábito observado es el bajo consumo de medicamentos. Los centenarios suelen preferir remedios naturales y cambios en el estilo de vida antes que recurrir a fármacos.
Estos hábitos son los que, según los estudios, podrían influir en que algunas personas logren vivir más de un siglo y así alargar su tiempo de vida.
Gonzalo Nicolás Mendoza, 2º A TT