El amor tiene muchas facetas, pero cuando es a primera vista es más difícil de quebrar. Eso fue lo que ocurrió con Lionel Messi y el Barcelona. Antes de aquella conferencia de prensa en donde el astro se despedía entre lágrimas y barbijo por delante, hubo un comienzo en donde Messi llegaría a Barcelona, una ciudad en donde le costaría poder irse.
Hace 24 años Messi acompañado por su padre, Jorge Messi arribaban a España, puntualmente a la ciudad de Barcelona donde haría una prueba en la famosa masía que son sus divisiones formativas. Allí el mejor jugador de todos los tiempos los deslumbró y quedaron en avisar si había quedado o no. En el mientras tanto Volvieron a Rosario sabiendo que Newell’s no podía hacerse cargo de pagar la operación por su problema de crecimiento.
Entre quienes tomaban la decisión de si Messi fichara o no era Carles Rexach, quien en ese entonces era secretario del club y debía tomar la decisión final. “Messi viajó para una prueba de 15 días y le sobraron 14”, fue una de las frases que lanzó en la reunión de Comisión Directiva.
Tras meses de idas y vueltas de reuniones con los representantes Horacio Gaggioli y Josep Maria Minguella, Rexach se decidió en contratar a Leo, en lo que sería el primer acercamiento a este amor y para asegurarse que esté en Barcelona el secretario tomó una servilleta y redactó el contrato que lo convertiría tiempo después en el mejor jugador del mundo y emblema de la selección Argentina: “En Barcelona, a 14 de diciembre del 2000 y en presencia de los Sres. Minguella y Horacio Carlos Rexach Secretario Técnico del F.C.B. se compromete bajo su responsabilidad y a pesar de algunas opiniones en contra a fichar al jugador Lionel Messi siempre y cuando nos mantengamos en las cantidades acordadas”, decía el papel que firmaron Minguella, Rexach y Gaggioli, siendo este último el representante legal de Leo.
Fabrizio Turri 2B Turno tarde.