Condenado por transmitirle el VIH a su expareja

El imputado, un hombre de 56 años, deberá pagarle 40 mil dólares a la víctima; un fallo sin precedentes en la Justicia de CABA.

Un hombre de 56 años fue condenado a 3 años de prisión en suspenso tras contagiar el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), de manera consciente, a su ex mujer, de 40 años de edad. Se trata del primer fallo de este tipo en la justicia de la Ciudad de Buenos Aires.

La Justicia asegura que el acusado “no tomó los recaudos necesarios para evitar el contagio”. La investigación fue llevada a cabo por la Fiscalía PCyF N° 36 especializada en violencia de género y Adrián Dávila fue el fiscal que reunió las pruebas necesarias, como los análisis médicos y testimonios que ayudaron a determinar que el acusado sabía que contraria el virus desde marzo de 2013.

El individuo mantuvo relaciones sexuales con la victima entre 2011 y 2016 sin tomar los recaudos necesarios. Ella lo denunció tras enterarse de su estado de salud, debido a que la infección le provocó una trombosis que se transformó en una necrosis de por vida,  en las venas ilíaca y femoral y una edematización en la pierna izquierda, lo que le dejó un alto riesgo de una nueva trombosis y de contraer nuevas enfermedades.

La identidad del condenado se mantiene en reserva para preservar la intimidad de la mujer. Además de pagarle el monto dictado por la jueza, Fernanda Botana, el hombre tendrá que cumplir ciertas reglas de conducta: tres años sin ningún tipo de contacto con su ex mujer, deberá hacer 80 horas de tareas de utilidad pública en la Fundación Cáritas, que es una entidad que está relacionada con el estudio de dicha enfermedad, un taller sobre violencia de género y no podrá cambiar de domicilio (en caso de hacerlo, deberá avisarle al juzgado inmediatamente).

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ataca y destruye las células CD4, las cuales son las que combaten a las infecciones. Si no se lleva a cabo el tratamiento correspondiente, este virus destruye el sistema inmunitario, perjudicando la salud y provocando la aparición del SIDA.

Se transmite a través de líquidos corporales, que pueden ser sangre, semen, líquido preseminal, flujos vaginales, flujos rectales y leche materna, por lo que se puede transmitir mediante el  sexo vaginal o anal, por compartir agujas, durante el embarazo y/o la lactancia. No se contagia por medio de un apretón de manos, un abrazo, contacto mediante objetos, ya que el VIH no se propaga por el aire ni el agua.

En cuanto al tratamiento, el antirretroviral (TAR) es mediante medicamentos que logran reducir la carga viral, logra que se concentre menor virus en el cuerpo protegiendo el sistema inmunitario y que no se llegue al SIDA. Es importante recalcar que el TAR no cura el virus, pero con los medicamentos se puede vivir una vida más sana. Reducir la carga vital conlleva que el riesgo a transmitir sea casi nulo, ya que se vuelve indetectable; esto significa que el VIH en sangre es muy bajo como para que sea una prueba de carga viral.

Los síntomas son dependiendo de cada cuerpo: se cree que de 2 a 4 semanas después de la infección, se puede tener síntomas parecidos a los de una gripe, también sudoraciones nocturnas, dolores musculares, inflamación de los ganglios linfáticos y úlceras bucales. Tener estos síntomas no es 100% que sea VIH, incluso algunas personas no tienen ningún síntoma en la fase inicial y se enteran cuando ya contraen SIDA.

Por cualquier consulta, duda o inquietud es importante que hable con un doctor y/o especialista en el tema. La Ley simple asegura que los tratamientos están cubiertos 100% por una obra social o prepaga.

Julieta Vera, 2°A TT