José “Pepe” Mujica de 89 años de edad, ex guerrillero, fue presidente en Uruguay durante los años 2010 hasta el 2015, y en mayo de este año fue diagnosticado con un cáncer de esófago que lo llevó a recibir un tratamiento de radioterapia. Fue ingresado el día lunes 26 de agosto al hospital Casmu de Montevideo por una descompensación, pero finalmente después de varios estudios, el martes recibió el alta médica. Este tipo de enfermedades son células malignas que se alojan en el tejido del esófago, es el tubo muscular que conecta la garganta con el estómago y pueden darse por una mala alimentación o el consumo de tabaco y alcohol en exceso, entre otros.
Cuando la enfermedad del ex mandatario se hizo pública, muchas personas hicieron llegar su mensaje de apoyo a pesar de no compartir la misma idea política. Mujica valoró muchísimo dicho gesto e incluso destacó al presidente Luis Lacalle Pou, como también a los ex mandatarios Julio María Sanguinetti y Luis Alberto Lacalle Herrera con los que siempre estuvo enfrentado políticamente. También recibió la propuesta de la embajada de los Estados Unidos para continuar el tratamiento ahí, pero firme a sus convicciones y a esa humildad que tanto lo caracterizó, su respuesta fue que no iba a viajar ni a la esquina y que confiaba en los médicos de Uruguay.
Si bien hay optimismo de que el cáncer se haya curado, producto de reiteradas tomografías en distintos lugares que indican que no hay evidencia de tumor, “Pepe” se encuentra frágil y el tratamiento causó otros problemas que despertó nuevas complicaciones. «Las consecuencias de la radioterapia generaron que le cueste más alimentarse y ha tomado menos líquido. Esto empeoró la función renal», explicó la Dra. Raquel Pannone.
De todas maneras se descartó que Mujica se encuentre en estado de desnutrición más allá de haber perdido masa muscular y peso, producto de la deshidratación que presentaba y que lograron contrarrestar con suero aplicado en su propio domicilio.
Mujica manifestó en varias oportunidades que no le teme a la muerte y que una persona nace para morir, en declaraciones al diario The New York Time, donde dijo que se siente deshecho y culminó: “La vida es hermosa. Con todas sus peripecias, amo la vida. Y la estoy perdiendo porque estoy en el tiempo de irme”.
Mujica se encuentra atravesando este proceso acompañado de su esposa, la ex vicepresidenta entre los años 2017 y 2020, Lucía Topolansky. Ellos se conocieron en su época de guerrilleros en los años 1970 cuando él lideraba un grupo armado de rebeldes y ella era experta en falsificar documentos. Luego ambos estuvieron presos y soportaron las peores torturas, pero Lucía sostiene que hoy, están atravesando el momento más difícil.
Lucía sigue vinculada a la política aunque este último tiempo se alejó un poco, producto del desgaste que implica la situación de salud de su esposo. Sin embargo, ni bien le dieron el alta a Mujica, a las pocas horas, el ex presidente fue a presenciar un acto en la sede del Frente Amplio, donde se anunció la incorporación de la periodista Blanca Rodríguez a la lista para el senado del Movimiento de Participación Popular, espacio que Mujica lidera dentro del Frente Amplio, de cara a los comicios de octubre. Finalizó el acto con un discurso muy emotivo donde declaró: ”Milito desde que tengo 14 años y estoy en los 90, estoy raspando la viruta. Pero, a todos : triunfar en la vida es levantarse y volver a empezar cada vez que uno cae. No hay triunfo definitivo porque tampoco hay derrotas definitivas si se tiene el corazón templado”.
MARIANO BRUNA, TN 2° A