Se empezaron a formar nuevas uniones con intenciones y voluntades que se alinean ya que, la oposición se está reorganizando en todos sus niveles y sectores en búsqueda de un cambio que ya estaba previsto por sus principales protagonistas desde el cambio de gobierno.
La administración de Javier Milei tendrá una constelación opositora con otra disposición. Estos corrimientos son mayormente negativos para la Casa Rosada.
Un conjunto de gobernadores, sin definición de sellos políticos, está en plena temporada de rosca para definir la conformación de un nuevo bloque en la Cámara de Senadores. Gustavo Sáenz de Salta, Raúl Jalil de Catamarca, Martin Lloryora de Córdoba, Osvaldo Jaldo de Tucumán, Rolando Figueroa de Neuquén, Hugo Passalacqua de Misiones, Alberto Weretilneck de Rio Negro, Nacho Torres de Chubut y Leandro Zdero de Chaco trabajan en el armado legislativo.
El comportamiento de los mandatarios explica el sentido de la convergencia. Todos se colocaron en el grupo de opositores negociadores y dialoguistas respecto al Gobierno.
Estos gobernadores gestionan el armado de una agrupación dialoguista en el Senado y existe la posibilidad de que algunos de ellos, como por ejemplo Jalil, terminen rompiendo el bloque de Unión por la Patria para poder posicionarse de forma independiente para negociar con la Casa Rosada. Algunos no quieren depender de las órdenes de Cristina Kirchner, ni otros a los pedidos de Mauricio Macri.
Algo parecido se hizo el año pasado entre Carlos Espínola de Corrientes y Edgardo Kueider de Entre Ríos cuando rompieron con el bando peronista antes de que finalice el gobierno de Alberto Fernández, y armaron otro frente con la cordobesa Alejandra Vigo, el jujeño Guillermo Snopek y la puntana María Eugenia Catalfamo.
Desde ahí se tomó gran impulso para negociar lugares en comisiones y beneficios para sus provincias. Uno de los argumentos de la ruptura fue que estaban cansados de que sus temas no sean prioridades para los kirchneristas.
La situación en la actualidad es similar a lo que pasó anteriormente, con senadores que se quejan por el poco espacio que le dan a sus pedidos o proyectos y una conducción que responde directamente a la ex presidenta.
El armado nuevo en la Cámara alta tiene dos sectores beneficiados, el de los gobernadores que impulsan la creación del bloque y el del propio gobierno. Para los mandatarios es la posibilidad de hacer valer su poder en el Senado con un sello provincial, sin estar atados a políticas superiores, ni a partidos políticos ni a líneas ideológicas.
Mientras que para la Casa Rosada es la oportunidad de fragmentar la oposición, restarle peso a los bloques más grandes y tener más capacidad de negociación directa con los gobernadores.
En los próximos días continuarán las invitaciones para sumarse al proyecto. Detrás de las rutas de comunicación y las coincidencias pragmáticas, está la elaboración de un armado político en el que si toma forma y fuerza, podría converger en la construcción de un gran frente opositor a Milei. Una alianza amplia y heterogénea que abarque a la mayor parte de las vertientes opositoras.
Cristina Kirchner comparte la idea de un frente anti Milei. Incluso le pidió a los legisladores que le responden que se esfuercen por formar alianzas con todos los sectores de la oposición.
La sorpresa fue el juego parlamentario del PRO en las dos cámaras y el rol de Macri, previo a la sesión en Diputados, quien ordenó votar en contra de la iniciativa libertaria, lo que significó votar en conjunto con el kirchnerismo y la izquierda.
Valentino Iriarte, 2A, Turno Noche.