Sebastián Crismanich, reconocido tanto por su destacada carrera en el taekwondo como por su contribución al desarrollo y a la promoción del deporte, dejó una marca indeleble en la comunidad deportiva internacional. Desde sus primeros pasos en los tatamis hasta su papel como líder y mentor, Crismanich ha demostrado una dedicación excepcional y un compromiso con la excelencia deportiva.
Nacido en la provincia de Corrientes en 1980, Crismanich descubrió su pasión por el taekwondo desde una edad temprana. Inspirado por su padre, quien también era practicante del deporte, comenzó a entrenarse bajo la tutela de renombrados maestros locales. Su disciplina y talento pronto se destacaron, y a los 12 años ya estaba compitiendo en torneos nacionales e internacionales.
La dedicación y el arduo trabajo lo llevaron a obtener múltiples campeonatos nacionales en Argentina durante su adolescencia. Su habilidad técnica, combinada con una mentalidad competitiva implacable, lo catapultó a competiciones internacionales, donde continuó cosechando éxitos. A lo largo de los años, ganó medallas en diversos torneos continentales y mundiales, consolidándose como una figura prominente en la escena global del taekwondo.
Más allá de su éxito como competidor, Crismanich jugó un papel crucial en el desarrollo y la promoción del taekwondo. Como entrenador y mentor, guió a numerosos atletas jóvenes hacia el éxito, transmitiendo no solo técnicas de combate, sino también valores como la perseverancia, el respeto y la superación personal. Su enfoque integral ha sido fundamental para fortalecer la comunidad deportiva y fomentar el crecimiento continuo del taekwondo a nivel global.
A lo largo de su carrera, ha sido galardonado con numerosos premios y reconocimientos por su contribución al taekwondo. Su dedicación y liderazgo han sido reconocidos por federaciones deportivas internacionales, así como por organismos gubernamentales y organizaciones comunitarias en Argentina y más allá, más luego de consagrarse como campeón olimpico en Londres 2012.
Aunque ha dejado la competición activa, Crismanich sigue siendo un defensor apasionado del taekwondo. Actualmente, dedica su tiempo a la enseñanza y al desarrollo de nuevos talentos, así como a la promoción de programas de inclusión y desarrollo comunitario a través del deporte. Su visión incluye expandir el acceso al taekwondo en comunidades desfavorecidas y utilizar el deporte como una herramienta para la transformación social positiva.
Además de su labor como entrenador, se dedicó activamente a promover el taekwondo como una herramienta para el desarrollo comunitario y la inclusión social. Ha establecido programas que ofrecen acceso al deporte en áreas desfavorecidas, creyendo firmemente en su capacidad para fomentar la confianza, el trabajo en equipo y el bienestar personal entre los jóvenes. Su trabajo ha sido fundamental para expandir el alcance del taekwondo más allá de los círculos tradicionales, haciendo del deporte una plataforma para el cambio positivo.
Su historia en este arte marcial es un testimonio de determinación, pasión y dedicación. Su impacto va más allá de los tatamis; es un ejemplo inspirador de cómo el deporte puede moldear vidas y comunidades. A través de su legado, continúa inspirando a generaciones de atletas y promotores del taekwondo, asegurando que su influencia perdure en el mundo del deporte durante muchos años más.
Nahuel Alejandro Escobar, 2°A, Turno tarde