Juan Fermín Heredia, un remisero de 36 años, viajó 200 kilómetros con su hija de 9 años en el baúl del auto junto a otras cuatro personas que iban en el interior del vehículo, en lo que pudo haber terminado en una tragedia teniendo en cuenta un posible caso de asfixia o un accidente.
El hecho ocurrió el pasado martes, alrededor del mediodía, cuando un Citroën Xsara gris fue detenido por la Policía de Córdoba para realizar un control vehicular normal en la ruta. Sin embargo, tras la revisión del auto, se llevaron la sorpresa de encontrar a una niña en el baúl. El conductor dijo que era su hija.
Tras la detención, Heredia les dijo a los miembros de la fuerza que había comenzado su viaje hacia 200 kilómetros, aproximadamente, en Ojo de Agua, Santiago del Estero. Por lo tanto, su hija debió viajar esa enorme distancia en condiciones deplorables. Tanto el chofer como el resto de los pasajeros quedaron detenidos en la sede policial de la localidad de Sinsacate.
El comisario Varela, en declaraciones al medio local Cadena 3, reportó: “La menor es hija del conductor del vehículo. El padre decidió transportarla allí debido a que ya tenía todas las plazas ocupadas para los pasajeros”. Por otro lado, mencionó que el estado de salud de la niña era correcto y que no presentaba mayores heridas ni complicaciones pese a la situación traumática que tuvo que pasar.
La situación fue rápidamente informada a la madre de la menor, quien mencionó estar sorprendida por la actitud tomada por el padre, y a su vez también a la Secretaría de la Niñez y Adolescentes (Senaf) donde se resguardo a su hija.
Posteriormente, Heredia brindó su versión de los hechos al mismo medio. Siendo consciente de la imprudencia que había tomado, no dudo en excusarse de lo sucedido mencionando que no tenía lugar donde llevar a su hija y que lo hizo únicamente por necesidad. Es más, aseguró que si así fuera el caso, lo volvería a hacer.
“Yo traía a mi nena así en el baúl, es una inconsciencia mía, pero a la vez tenía que traerla sí o sí a ella porque la operaron de una cirugía de peritonitis y estaba con dolores. Se le reventó el apéndice, estuvo al borde de la muerte ocho días luchando en el hospital, donde gracias a Dios la atendieron bien», indicó el remisero.
Y agregó : “Tenía unos pasajeros y me había comprometido para traerlos. Necesitaba la plata para poder volverme con mi hija. Si le pasaba algo acá y tenía que quedarme, me hacía falta plata y no la tenía en ese momento. Decidí acostarla en el baúl porque sentada no podía estar”.
Además, también surgieron distintas versiones entre lo que dijo el padre de la menor y la policía cordobesa. Por el lado del remisero, sostuvo que no fue el control vehícular lo que ocasionó el inconveniente, sino que tuvo que ver cuando los oficiales observaron a su hija salir del baúl para dirigirse hacia el baño en una estación de servicio. Y por lado de la Policía, indicaron que el conductor fue demorado y que se labró una acta que fue elevada a la SENAF. Juan afirmó haber firmado el acta pero que nadie de la secretaría intervino y que su hija no fue resguardada tras lo sucedido.
Por último, el remisero intentó dejar en claro que no es ni un mal hombre ni tampoco un mal padre y que simplemente estaba llevando a la hija al médico y, a su vez, trabajando para ganarse la vida y poder brindarle lo mejor a la menor.
Por supuesto que el hecho rápidamente generó una gran repercusión en las redes sociales, donde tildaron a Heredia como un “inconsciente” en la manera en la que decidió trasladar a su hija. Y luego también con la madre, al no haber previsto la situación, ya que el remisero mencionó que estaba al tanto de que la niña viajaría así.
Finalmente, tras haber cometido una acción totalmente riesgosa para la salud de la menor, Juan Fermín Heredia obtuvo el permiso de seguir viaje junto a su hija y a otros tres de sus pasajeros, ya que uno de ellos debió utilizar el transporte público para poder cederle una de las butacas a la niña.
Gastón Calcagno – 2ºB Turno Mañana