Existen unos pequeños “bichos” que viven y se reproducen en nuestra cara: ¿son peligrosos?

No es de conocimiento general, pero casi todas las personas del planeta tienen ácaros que viven en sus rostros. No son activamente peligrosos ni del todo inofensivos para nuestro cuerpo.

Los ácaros demodex habitan nuestra piel
Los ácaros demodex habitan nuestra piel

Probablemente nadie tome como una noticia grata enterarse de que tiene un bicho en la cara. Sin embargo, casi todas las personas del planeta los tienen. Se trata de los “ácaros demodex”, unas criaturas diminutas, de cuerpo alargado y semitraslúcido, que cuentan con ocho patas, boca y se sienten atraídas por la piel muerta y el sebo de nuestro cutis.

No nos enteramos que los llevamos encima por su minúsculo tamaño, pero no solamente subsisten en nuestras caras, sino se que se alimentan y ponen huevos para continuar su constante reproducción.

Por más que pueda parecer una novedad preocupante, la verdad es que estos ácaros son una presencia común en nuestro cuerpo. Llegan a nosotros a partir del roce entre piel y piel, y están para quedarse. Su prevalencia es beneficiosa para la consistencia de nuestra tez. Sin embargo, si su cantidad es excesiva, se puede tornar peligroso.

Hay miles de tipos de ácaros, pero las dos especies más presentes en el cuerpo humano son el “demodex folliculorum”, que suele estar presente en las pestañas, y el “demodex brevis”, que suele habitar en las glándulas sebáceas, aunque también puede aparecer en otros sitios del rostro y con menor frecuencia en otras partes del cuerpo, como en la ingle.

La superpoblación de ácaros en nuestra piel puede producir síntomas como enrojecimiento, irritación, inflamación, ardor y problemas en la vista, según la zona en la que estos microorganismos se expandieron en demacía.

De todos modos, no hay por qué alarmarse, ya que hay tratamientos sencillos para este problema, que involucran exofiliantes faciales y toallitas de limpieza con un poco de aceite de árbol de té, (no se recomienda hacer esta mezcla de forma casera, ya que los excesos pueden ser muy perjudiciales para los ojos), un colirio explícito para la periferia del ojo y algunos antiparásitos y antibióticos para infecciones del rostro.

Para evitar la expansión masiva de ácaros en la piel, algunos expertos recomiendan mantener una buena higiene, con productos hidratantes. También evitar la exposición al sol, para que así el cutis no se seque y no se convierta en alimento para estos “bichitos”.

Para no dejar lugar a la duda: los ácaros demodex habitan en nuestros rostro y es perfectamente normal. No representan un gran peligro, pero si provocan síntomas, han de ser tratados.

 

Lautaro Dichiaro – 2ºB Turno Mañana