Las tormentas de las últimas jornadas generaron una de las peores catástrofes de la historia de Brasil, con miles de desplazados por las inundaciones y un clima de pura desolación. A esta altura, el 80% del estado Rio Grande do Sul está bajo el agua.
Desde el pasado 30 de abril se registran masas enormes de agua arrasándolo todo. El principal río del Estado, Guaíba, producto de las crecidas, llegó a alcanzar los 5,3 metros, lo que significa el nivel más alto de su historia. Por este motivo, el agua llegó a cubrir ciudades enteras, con sus infraestructuras y aeropuertos, complicando y en algunos casos imposibilitando las labores de rescate.
En medio de este panorama desolador, una de las tantas familias argentinas que viven allí, le relató a la Escuela del Círculo de Periodismo Deportivo el drama que atraviesa.
La familia Hernández, de cinco integrantes, compuesta por un matrimonio y tres hijos, se encuentra acampando en la ruta que une toda la ciudad de Brasil, ya que su hogar está bajo el agua y perdieron todo lo que había adentro.
Florencia, madre de la familia, contó cómo son sus días como evacuados: “La verdad que la estamos pasando mal. Tener tres hijos chiquitos se complica bastante estando en esta situación. Hasta el momento no podemos hacer nada más que esperar».
Y agregó: «Por suerte la comida no nos falta, la gente se solidarizó mucho y nos traen cosas básicas que necesitamos para alimentarnos e higienizarnos en lo que se puede. En nuestro, caso perdimos todas las cosas materiales de la casa. Pudimos sacar un poco de ropa y frazadas, nada más que eso”.
Las lluvias torrenciales que golpean el sur de Brasil aumentaron los caudales de los ríos y crearon escenas de caos en los suburbios de Porto Alegre, en una región ya arrasada por inundaciones que dejan más de 140 muertos y centenas de miles de desalojados de sus casas.
A su vez, las lluvias han dejado al borde del colapso a 18 represas, siendo seis de ellas las más afectadas. El cambio climático y el efecto invernadero generan una serie de complicaciones que repercuten en la meteorología.
Desde temperaturas extremas hasta inundaciones como las que están sucediendo, el drama del cambio climático está dado en Brasil principalmente por las deforestaciones de uno de los principales pulmones del mundo: el Amazonas. A todo este cambio climático se le suma un debilitamiento en las normativas ambientales en Brasil.
Esta situación también afecta a la provincia de Entre Ríos. El rio Paraná conecta a Argentina, Uruguay y Brasil. De acuerdo a medios locales de la capital entrerriana, a última hora de esta jornada suman 120 familias las que debieron ser evacuadas, unas 400 personas entre mayores y menores. Algunas fueron trasladadas a domicilios particulares, otras alojadas en el Centro de Evacuados «El Refugio» y varias en instalaciones del Regimiento de Caballería local, así como en el centro de evacuados «Promin».
Las autoridades locales recorrieron las zonas anegadas, con el intendente Francisco Azcué a la cabeza, quien visitó el Comando de Operaciones de Emergencia desde donde se coordinan las acciones para asistir a los damnificados. Además, desde ahí se realiza un monitoreo del río Uruguay en contacto con el área de Hidrología de Salto Grande.
La costa de la mencionada localidad entrerriana se ve desbordada y varios barrios quedaron anegados debido a la velocidad con la que bajan las aguas, lo que se agrava con el pronóstico de precipitaciones que rige para esa región, que continuarán durante toda la semana.
En la zona trabajan los camiones y equipos del municipio, y se sumaron los empleados de Vialidad Provincial. En el este de Concordia, los comercios y las viviendas que se ubican sobre la costanera quedaron con el agua a casi 2 metros en su interior, según mostraron los medios de Entre Ríos.
Queila Ledesma – 2ºB Turno Mañana