La calidad del río Sena, en París se convirtió en un punto crítico de preocupación para el Comité Olímpico de Natación. Ante la posibilidad de cancelaciones y posposiciones, la atención se centra en encontrar soluciones urgentes para garantizar la seguridad y el éxito durante los próximos Juegos Olímpicos que se desarrollarán en la capital francesa.
Recientemente, los temores se avivaron cuando se detectaron niveles alarmantes de bacterias en el río, lo que planteó interrogantes sobre la idoneidad del Sena como ubicación para eventos acuáticos de clase mundial. Sin embargo, un rayo de esperanza arrojó el nuevo informe sobre la calidad del agua, que parece alinearse más con las expectativas de los organizadores y competidores.
Sus aguas, contaminadas con desechos industriales y urbanos, han sido un desafío tanto para la vida marina como para los nadadores, y el acto de nadar en él ha sido ilegal en la mayoría de los casos desde hace casi un siglo, porque ha sido más conocido por su toxicidad que por su uso recreativo. Se considera una arteria principal para el transporte de mercancías y un destino turístico, pero rara vez se lució como un espacio para la práctica deportiva acuática.
Tony Estanguet, presidente del Comité Organizador de París, reconoció abiertamente la gravedad de la situación. Admitió que, si los niveles de contaminación no mejoran, podrían considerarse medidas drásticas, como la posposición o cancelación de los eventos de natación en el Sena. Esta advertencia llega a poco más de cien días antes de la ceremonia de apertura de los Juegos, subrayando la urgencia de abordar este problema.
Más allá de que se esforzaron por tratar de limpiar dicho río en los últimos años, la cancelación del evento de maratón de natación de prueba en agosto pasado -debido a la contaminación-, fue un recordatorio amargo de la realidad ambiental que enfrenta el Sena y los organizadores de los Juegos Olímpicos.
En el marco de la ceremonia inaugural de la Villa Olímpica, el presidente galo Emmanuel Macron destacó la descontaminación del río Sena como uno de los legados perdurables de París 2024. Esta iniciativa, respaldada por una inversión de 1.400 millones de euros, ha posibilitado que el emblemático curso de agua, vedado para actividades de baño desde 1923, se convierta en el escenario principal de los Juegos Olímpicos y de los Paralímpicos.
La calidad del agua del Sena se ha convertido en una preocupación clave no solo para atletas y organizadores, sino también para la comunidad global. La lucha por garantizar un entorno seguro y saludable para la competición refleja desafíos más amplios de conservación de recursos naturales y manejo de la contaminación en áreas urbanas importantes. Con el reloj de cuenta regresiva avanzando hacia el inicio de los Juegos Olímpicos, la atención está centrada en encontrar soluciones efectivas y sostenibles para este desafío crítico.
Recordemos que los Juegos Olímpicos de París 2024 están programados para llevarse a cabo desde el 26 de julio hasta el 11 de agosto, mientras que los Juegos Paralímpicos están planeados para transcurrir del 28 de agosto al 8 de septiembre. Estas fechas marcan un período emocionante y lleno de expectativas, en el que atletas de todo el mundo se reunirán en la ciudad de la luz para competir en uno de los eventos deportivos más grandes y significativos del planeta.
Giuliana Aileen González, 2° A, turno tarde