Una niña de 3 años y su hermano de 13 fueron atacados por un perro de raza pitbull el sábado último. El animal se escapó de su hogar en la ciudad de Santa Fe.
El feroz ataque ocurrió el sábado por la tarde en la calle Berutti al 2500, entre Rivadavia y 25 de Mayo, cuya dirección pertenece al barrio La Esmeralda ubicado en el norte de la capital santafesina.
Pasadas las doce del mediodía, los hermanos, que iban acompañados con su madre, se encontraban caminando por la vereda en antes de que el perro saliera a atacarlos. Cuando esto ocurrió, el primero en sufrir el ataque fue el joven que recibió heridas en la espalda. Luego se dirigió a la niña y mordió sus piernas. Entre los gritos de auxilio, varios vecinos salieron de sus domicilios e intentaron controlar al animal, entre ellos se encontraba su respectiva dueña. Lo primero que hicieron fue agarrar la mandíbula del canino para evitar una mordida profunda.
“La dueña se tiró sobre su perro y yo empecé a meterle la mano. No sé cómo hicimos, ella estaba raspada, le abrimos la mandíbula y tratamos de que no apriete. Fue desesperante”, sostuvo la mamá de los dos hermanos.
Como consecuencia de las fuertes mordidas del pitbull, ambos menores fueron trasladados hasta el hospital de Niños Orlando Alassia por el servicio de emergencias 107. Allí fueron atendidos y tuvieron todos los cuidados y curaciones correspondientes. El personal médico aseguró que las heridas no fueron graves.
En la comisaría octava y en el Comando Radioeléctrico, quedó adjuntada la información de la dueña del perro ante los agentes. Declaró que su mascota se escapó de su casa por un descuido. Este testimonio también fue comunicado al Ministerio Público de la Acusación.
Walter, también dueño del pitbull, no estaba en el lugar cuando ocurrieron los hechos. Aseguró que su mascota convivió con niños desde su nacimiento, hace poco más de dos años. “Es una situación horrible que no se la deseo a nadie. El perro está continuamente con los chicos. Yo sabía que, como tenía un pitbull nunca debía salir a la calle y siempre tuve los cuidados necesarios”, lamentó el hombre.
Mateo Araujo, 2do A T.T