Pese a la enorme ilusión que generó el épico triunfo ante Gales, el equipo de Michael Cheika no pudo ante los All Blacks, cayendo de manera categórica ante el cuadro oceánico. El encuentro comenzó con el resultado favorable para la albiceleste, porque Emiliano Boffelli puso el 3 a 0 para Argentina a través de un penal tempranero, tras un try neozelandés, se llegó al descuento con otro penal de Boffelli. De ahí en adelante, Los Pumas no pudieron aguantar el partido, lo que resultó en la despedida del torneo. El 44 a 6 es más que elocuente.
El capitán, Julián Montoya, se sinceró tras la derrota. “No es lo mismo una medalla que no. No es lo mismo ganar que perder. Tenemos que hacer una autocrítica grande y mirar para adentro. Hay un montón de cosas por corregir. Hay que mejorar para ir en busca de eso”, expresó.
Montoya hizo una fuerte autocrítica frente a los micrófonos y se refirió al recambio que se avecina en la selección argentina: “Había que luchar por cada pelota. El equipo siguió buscándolo con errores y aciertos. No había que bajar los brazos. Nueva Zelanda nos marcó muy fácil por momentos, duele mucho. Queda una semana más para este grupo, que probablemente no sea el mismo de acá en adelante. Siempre pasa en todos los Mundiales”.
“Todavía queda una semana para ir en búsqueda de una medalla. Estoy dolido, tenemos que mirar para adentro. Que tenga lo que tenga que doler”, sentenció.
El entrenador australiano de Los Pumas, Cheika, también dejó sus impresiones tras la abultada caída: “Es increíblemente decepcionante para nosotros. El esfuerzo fue enorme. Hicieron todo lo posible y creo que fue solo en los detalles del juego, ya sabes, los pequeños detalles sobre la transición en los scrums, los últimos minutos antes del entretiempo, los primeros minutos del segundo tiempo: son los pequeños matices que todavía no tenemos en nuestro juego”.
Finalmente, cerró agradeciendo a los hinchas: “Quiero agradecer a nuestros fanáticos. Lamento que no haya estado un poco más cerca esta noche. Han sido enormes para nosotros y espero con ansias la próxima semana y verlos allí también”.
Por su parte, un ex integrante y referente de los All Blacks, Sonny Bill Williams, compartió su óptica sobre la semifinal y arremetió contra el combinado nacional: “Lo siento mucho por Francia e Irlanda, que están en casa sabiendo que probablemente podrían haber dado un mejor espectáculo que el que hizo Argentina”. Williams también criticó a la entidad suprema, la World Rugby, y alegó que se equivocó con los términos del sistema de clasificación y que los grupos no estuvieron bien armados.
Pese a las críticas de Bill Williams, y que no fue posible el sueño de llegar a la gran final, la de Los Pumas fue una actuación correcta que sigue instalando a Argentina como uno de los máximos exponentes de este deporte a nivel mundial. Más aún si se tiene en cuenta el paupérrimo debut ante Inglaterra, donde se mostró un estilo de juego muy pobre. Pero, poco a poco, Cheika logró darle una identidad a su equipo, que supo demostrar valor y sobreponerse a esa adversidad para posicionarse entre los cuatro mejores del mundo.
Ahora, Los Pumas buscarán igualar la mejor marca histórica, el tercer puesto, conseguido también donde actualmente se disputa el certamen: Francia, pero esta vez será 16 años después. El partido por el bronce es este viernes a las 16 ante Inglaterra, que viene de caer ante Sudáfrica por 16 a 15.
Gabriel Guiguez, 2° B, turno mañana