En dos meses se cumplen cuarenta años de la vuelta de la democracia con la asunción de Raúl Alfonsín el 10 de diciembre de 1983, que dio fin a la dictadura militar más sangrienta de la historia argentina. A pesar de los testimonios de las víctimas, la concientización, y el compromiso con la historia del radicalismo en los ochenta y del kirchnerismo desde el 2003, hay sectores políticos que toman una postura negacionista.
El candidato a presidente por La Libertad Avanza, Javier Milei alarmó con sus palabras sobre el eje temático de Derechos Humanos. Dijo que no hubo treinta mil desaparecidos e hizo una declaración muy similar a la defensa del genocida Emilio Massera en el Juicio a las Juntas en 1985: “Para nosotros, durante los setenta hubo una guerra, y en esa guerra, las fuerzas del Estado cometieron excesos. Por tener el monopolio de la violencia le vale todo el peso de la ley”.
Ante ese discurso negacionista, el candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, mostró el compromiso del oficialismo con la memoria del pueblo argentino. En sus dos minutos de exposición, expresó el reconocimiento internacional que logró el país desde el Juicio a las Juntas durante la presidencia de Alfonsín hasta la condena de los represores y el hecho histórico de bajar los cuadros de los genocidas Videla y Bignone de la Casa Rosada durante el mandato de Néstor Kirchner. Además, propuso agregar a la agenda los nuevos Derechos Humanos: ambiente sano, salud, educación, tierra, y el derecho a las víctimas de delito y violencia a recibir asistencia estatal. El compromiso con la historia es importantísimo, y el candidato del oficialismo resaltó la importancia de tener memoria en el aniversario número cuarenta de la vuelta de la democracia.
Chiara Montanini