Este sábado la Sociedad de fomento San Emilio, de Florencio Varela, fue la anfitriona de la competición de powerlifting de peso muerto que organizó «Milon Centro de Fuerza».
Las categorías que participaron fueron amateurs y profesionales. En amateur hubo una tanda de mujeres y dos de hombres. De atletas Pro, fueron una tanda de mujeres y otra de hombres.
La premiación fue una vez finalizada las pasadas. El evento se realizó con el fin de seguir promoviendo el deporte y para que estos atletas se encuentren de una a tres veces al año para seguir alimentando el espíritu competitivo y, con ello, lograr que se expanda a distintos sectores de la Argentina.
Los atletas debían presentarse un día antes para realizar el pesaje o, como última instancia, el mismo día de la competición antes de arrancar el torneo. Con esos datos, se elaboraron los informes para saber la diferencia de los mayores levantamientos entre un participante a otro (calculando la diferencia entre el peso corporal y los kilos levantados).
Los tiempos de cada ronda eran marcados por la mesa, los atletas debían subir al escenario con ciertas reglas establecidas. Una era la vestimenta, de uso obligatorio para los iniciales (amateurs). Debían portar una remera o musculosa colocada por debajo de la calza, una calza corta y medias largas hasta por debajo de las rodillas y zapatillas. Los amateurs podían utilizar singlet (capa simple, sin soportes). En cuanto a los Pro (participantes que tienen al menos 3 competencias encima), debían usar singlet, medias largas y zapatillas. Para ambas categorías estaba permitido el uso de cinturón de levantamiento con hebilla o palanca, hasta un máximo de 13 mm de grosor (el cinturón con velcro no estaba permitido).
Los powerlifting debían ingresar al escenario una vez que la mesa diera la orden de “barra lista”. Una vez allí, tenían un minuto para realizar el movimiento completo, luego de que el juez central diera la orden con la mano extendida.
Detrás y al costado del atleta, había otro juez de menor jerarquía para observar si el movimiento de peso muerto era “válido” o “nulo”. Las causas por las que podían anular el peso muerto eran: si el movimiento era finalizado antes de la orden del juez central de “baje”; si los hombros no estaban colocados hacia atrás en la posición final o si el bloqueo de las rodillas no fuese completo; apoyar la barra en los cuádriceps, en forma de asistencia para ayudar a subirla (hitching); o bajar la barra sin el acompañamiento de las dos manos.
Al finalizar cada categoría, al atardecer, ya se tenían los resultados y las estadísticas. Entre los atletas Pro, Enzo Escobar ganó el primer puesto y se llevó consigo la “safety”, una maquinaria utilizada para el gimnasio. Lautaro Risso y Federico Escobar obtuvieron segundo y tercer puesto y ganaron unos potes de proteína. Las mujeres Pro no se presentaron a recibir su premio.
Gonzalo Macias se ganó un reloj, Sofía Alegría y Fernando Zurita una sección de nutrición con parte del staff de Milon Centro de Fuerza.
Entre los ganadores, el mínimo de levantamiento fue de 135 kg y el máximo fue de 280 kg.
Arminda Rojas – 2ºA Turno Mañana