En un rincón del barrio República de la Sexta de Rosario, un grupo de jóvenes está cambiando la realidad de su comunidad de una manera única y transformadora. Tomás Machuca, de 20 años, es una de las mentes creativas detrás del proyecto de triple impacto que está dejando una huella profunda en su barrio natal.
Fenikks -tal es el nombre del emprendimiento- se basa en un principio simple pero poderoso: transformar residuos plásticos recolectados en clubes de barrio, en canilleras de fútbol. Esta idea no solo promueve la reutilización y el reciclaje, sino que también fomenta una sensación de pertenencia en torno al fútbol, un deporte que une a personas de todas las edades y a la sociedad en su conjunto.
El proyecto comenzó en 2019 con la fabricación manual de canilleras a partir de baldes y tubos de PVC reciclados de obras en construcción, pero la demanda creció tan rápido que tuvieron que buscar formas de industrializar la producción. La transformación de las tapitas de plástico en canilleras se convirtió en el medio perfecto para promover el reciclaje y enseñar a los niños la importancia de cuidar el planeta.
El proceso de producción se inicia en Córdoba; allí se realiza la primera parte, donde se tritura el plástico, se inyecta, y luego se envían a Rosario casi listas donde se culmina lo productivo con la colocación de una goma ecológica en la parte de atrás, que amortigua el golpe de las patadas. El principal impacto lo realizan en el club Fenikks, del mismo barrio en el que viven.
El nombre del proyecto, Fenikks, se inspira en la leyenda del ave Fénix, que resurge de las cenizas. Además, está traducido al esperanto, un intento de crear un idioma global, lo que refleja el deseo del equipo de fundadores de promover la globalidad a través de un movimiento arraigado en la comunidad local.
Tomi Machuca compartió en ocasiones su experiencia de haber crecido en un barrio vibrante pero desafiante de Rosario: «Me crié jugando picados por la gaseosa, como si fuera la final del mundial, compartiendo días enteros con los míos, y ni la lluvia nos metía adentro», recordó en un video que realizó para las redes sociales que se volvió viral con 3.8 millones de visitas. Su estilo de vida y su amor por el fútbol fueron los cimientos firmes sobre los que formó el emprendimiento.
El proyecto se hizo viral gracias al video en el que mostraron cómo llevaron adelante su proyecto desde cero en el barrio. Él y su equipo querían inspirar a otros a seguir su ejemplo y demostrar que incluso en entornos difíciles, se pueden encontrar soluciones para transformar la realidad.
Machuca admitió que no esperaba la repercusión que el proyecto alcanzó, pero reconoce la fe que tenía su compañero Valen en el potencial de la idea. No buscan ser una empresa convencional, sino más bien un movimiento en el que cuantas más personas se involucren, más cerca estarán de alcanzar su objetivo: mejorar la calidad de vida en los barrios a través de la contribución de la comunidad.
El crecimiento de Fenikks ha sido meteórico, pero Tomás y su equipo están comprometidos con su propósito central. No se dejan llevar por el éxito, ya que tienen claro que su objetivo es más grande que ellos mismos. Su visión es inspirar a las generaciones futuras a emprender proyectos de vida y superar las barreras que a menudo se asocian con vivir en un barrio desafiante.
En un barrio donde las oportunidades son escasas y las decisiones pueden marcar la diferencia entre un camino beneficioso y uno perjudicial, Fenikks está allanando el camino para que los jóvenes se atrevan a soñar y a perseguir proyectos de vida significativos.
«El mensaje para la gente que quizás tiene estigmatizaciones infundadas es que se animen a cruzar esa línea, a unir puentes entre diferentes mundos, para crear más oportunidades y permitir que los jóvenes proyecten y salgan adelante en la vida», supo decir Tomas Machuca en un video realizado por «tabú» que fue publicado en YouTube.
Fenikks es un recordatorio de que el poder del deporte y la pasión por el cambio pueden transformar vidas y comunidades enteras. Con Tomás y su equipo liderando el camino, el futuro del barrio República de la Sexta brilla más que nunca.
Santiago Sanchis, 2°A TT