El 1 de Julio encontraron muerto al soldado Pablo Jesús Córdoba en la Guarnición Militar Zapala, ubicada en la provincia de Neuquén. La causa de la muerte está siendo investigada, ya que en un primer momento desde la fuerza afirmaron que el joven había decidido quitarse la vida, pero el cuerpo del joven presenta dos impactos de bala.
Los padres de la víctima reclaman que la muerte de su hijo no se trató de un suicidio. Al respecto, el secretario general del ejército argentino, Sergio Maldonado, declaró: “Estamos conmocionados con lo que pasó. Es uno de nuestros soldados, hijo de un camarada, lo que nosotros denominamos ‘familia militar’”.
El soldado llevaba 10 meses como voluntario en el grupo de la artillería 16 en Zapala. Hasta que, ese día, aproximadamente a las 6 de la mañana, fue encontrado muerto con dos impactos de bala en la cabeza. Inmediatamente fue llevado al hospital de la mencionada localidad y fue recibido por el doctor D´angelo, pero cerca de las 9 de la mañana, se le comunicó a la familia que no tenía chances de sobrevivir.
Según fuentes judiciales, el primer proyectil entró por el mentón y salió por la frente. El otro disparo fue desde el costado derecho a la altura de la sien y encontró la salida al perforar la pared izquierda del cráneo. Se cree que en ese momento el arma no estaba en modo automático.
La familia del fallecido está preocupada por la falta de reacción de los superiores en la investigación que se está llevando a cabo. El jefe de la brigada 16 está brindando apoyo a los seres queridos de la víctima y afirmó que no recibieron un parte oficial de las autoridades.
El abogado que representa a los parientes de la víctima, Maximiliano Orpianessi, aseguró que «la querella tiene una línea de trabajo propia”. “Lo investigamos como homicidio”, aclaró.
Sobre la muerte del joven soldado hay diferentes versiones. El teniente coronel Ignacio García Solorzano, dijo que el oficial que estaba a cargo ese día iba a ser relevado de su puesto. Según los dichos, detectaron que se habría quitado la vida con un fusil.
La otra versión, según los testigos que se encontraban en el lugar, indica que fueron a buscar a Pablo, cuando aseguraron haber escuchado detonaciones y que intentaron comunicarse por radio, pero no consiguieron respuesta.
“Cuando las autoridades del Ejército toman conocimiento de lo sucedido, informan a la Policía Federal que encontraron un soldado voluntario que se había autoinflingido dos disparos de arma de fuego”, indicó el abogado de la familia.
La causa es llevada por la fiscalía de Zapala, que está a cargo de Karina Stargaro, y por el juez Greca, quien la caratuló como “muerte dudosa”.
Juan José Córdoba Salto, padre de la víctima, planteó su propia hipótesis sobre el caso: “Para mí, no queda lugar a dudas que lo ejecutaron”. El suboficial puso en duda los testimonios de los tres soldados que estaban de guardia ese día con su hijo, al decir que: “quienes lo encuentran dicen que tenía el fusil encima y estaba agonizando, lo que significa que el segundo disparo fue el del mentón y entonces que la ciencia me explique cómo pudo sobrevivir a un disparo en la sien”.
Esta declaración fue reafirmada por el abogado de la familia Córdoba, quien manifestó: “Desde el sentido común, no puede dispararse dos veces y menos con esa arma de fuego, un FAL, cuyo proyectil genera daños cerebrales tremendos”.
El secretario general del cuartel dijo que aquel día se actuó rápido por más que él no tenía físicamente ningún compañero cerca, ya que estaba solo en el puesto de guardia.
Maldonado aclaró: “Lo encontraron los soldados que estaban cubriendo el mismo servicio de armas, hay un equipo de personas que hacen turnos de guardia de 24 horas, que, al escuchar este disparo o los disparos, eso lo determina la Justicia, se aproximan y lo encuentran”.
Un antecedente en el mismo lugar ocurrió en el año 1994, con la muerte de Omar Carrasco que, tras un mes de búsqueda y demoras en la justicia, el cuerpo del soldado fue encontrado sin vida en el fondo del cuartel.
Tomás Servin – 2ºB Turno Mañana