La goleada que sufrió México frente a Estados Unidos 3-0 por las semifinales de la Liga de las Naciones de la Concacaf puso de manifiesto el pobre presente futbolístico que está atravesando ese país. Este resultado llevó a la destitución de Diego Cocca, quien sólo duró al mando de «El Tri» 7 partidos. Pero más allá de lo ocurrido recientemente, históricamente en los mundiales sus participaciones defraudaron al pueblo mexicano una y otra vez. En Qatar 2022 quedó afuera en la fase de grupos tras perder con Argentina, ganarle a Arabia Saudita y empatar con Polonia, clasificando este último por diferencia de gol con respecto al conjunto centroamericano. Con esa actuación, se trató de otra copa del mundo en la cual debieron armar las valijas rápidamente. Su objetivo es poder pasar la barrera de los 4 partidos en mundiales, resultado que no logra desde 1986 cuando llegó a los cuartos de final, y previamente también lo había logrado en 1970, en ambos casos siendo el organizador del torneo.
Uno de los principales problemas que la selección mexicana ha enfrentado en los últimos años es la falta de continuidad en su proceso de entrenadores. Los constantes cambios de técnicos han generado dificultades en la consolidación de un estilo de juego y una identidad de equipo sólida. Esta inestabilidad ha afectado la cohesión del grupo y ha obstaculizado el desarrollo de una estrategia consistente.
Además, se ha observado una disminución en el nivel de juego individual y colectivo de los jugadores mexicanos en los torneos más importantes. Aunque el talento individual es innegable, la falta de confianza y la presión de representar a toda una nación han influido negativamente en su rendimiento. Errores defensivos, falta de eficacia en el ataque y dificultades en la toma de decisiones han sido evidentes en las últimas participaciones del equipo nacional.
Otro aspecto que ha afectado a la selección mexicana es la falta de jugadores de alto nivel compitiendo en ligas de élite a nivel mundial. Aunque existen destacados futbolistas mexicanos que juegan en Europa (es el caso de Álvarez, Guardado, Lozano, Jiménez, entre otros). La mayoría de ellos no se encuentran en equipos de primerísimo nivel o no son titulares indiscutibles. Esta realidad limita la experiencia y la competitividad de los jugadores, lo que se refleja en su desempeño en los torneos internacionales.
Si bien hay varios que disputan la liga local, la base europea también es amplia y debería permitirles soñar con mejores actuaciones en las grandes competencias, ya que por ejemplo hasta en su confederación, Estados Unidos parece haber escalado al primer lugar, e incluso Canadá se encuentra en un mejor momento.
La organización de la Copa del Mundo en 2026 en conjunto con estos dos últimos países puede favorecerlos a la hora de lograr un objetivo mayor, ya que estadísticamente se vio que cuando fue local obtuvo los mejores resultados de su historia. El problema también radica en su propia confianza, de parte de los protagonistas. En una nota para Fox Sports, el jugador Héctor Herrera declaró: «No tenemos jerarquía a nivel mundial como otros países. Creemos que somos una gran selección, que le puede competir a cualquiera, pero la verdad es que no lo hemos demostrado tanto».