Estados Unidos creció mucho futbolísticamente, y sin ir más lejos, lo demostró estos días con la goleada 3-0 frente a México y la posterior victoria ante Canadá para lograr el título de la Liga de las Naciones de la Concacaf en la que mostró una notable autoridad antes ambos rivales. Estos tres países organizarán la Copa del Mundo en 2026, pero el primero antes mencionado es el más avanzado a nivel deportivo, con un rendimiento notable en Qatar 2022. Allí llegó hasta octavos de final, perdiendo en un partido parejo ante Países Bajos, pero previamente en su grupo derrotó a Irán, empató con Gales y también con una potencia en el mundo del fútbol, como lo es Inglaterra.
Al contrario de lo que hizo el país organizador de ese torneo, la selección norteamericana apuesta no sólo al crecimiento de su liga sino también a seguir manteniendo jugadores en Europa, como es el caso de Pulisic, Reyna, Dest, Mckennie, entre otros. Su plan ya no es sólo ser competitivos, buscan además romper esa barrera conseguida hace unos meses y soñar, por qué no, con poder pelear su Mundial en tres años. Ya desde ese punto se puede encontrar una diferencia significativa entre la nación asiática y la americana, la primera mostrando un nivel muy bajo sumado a que todo el equipo jugaba en la liga local, de una importancia mucho menor a las principales del Viejo Continente. Todavía falta tiempo y en el medio pueden pasar muchas cosas, pero lo que demostró Estados Unidos hasta el momento invita a todos ellos a soñar en grande, y aunque no sea el fútbol su deporte más destacado, si siguen por este camino puede empezar a serlo.