Silvio Berlusconi fue uno de los precursores del empresario “exitoso” que desembarca en la política de su país. Decidió armar un frente electoral de derecha denominado Forza Italia y estuvo al mando de tres etapas en el gobierno (1994-1995, 2001-2006 y 2008-2011). Tenía ideas muy libertarias y propuso “libertad o comunismo”.
Era dueño de Finivnest, con una facturación estimada en 5.000 millones de dólares anuales. Y de este conglomerado televisivo, es parte el coloso grupo Mediaset. Para tener una referencia de lo importante y exitoso que fue, Berlusconi le dejó a sus 5 hijos una fortuna estimada de 7.000 millones de dólares, ubicándolo tercero en el ranking de los italianos más ricos.
A mediados de los 80″, se decidió incursionar en el fútbol, comprando al AC Milan, uno de los clubes más importantes del mundo. Durante su mandato, se formó uno de los mejores equipos de la historia, conformado por los holandeses Ruud Gullit, Marco Van Basten y Frank Rijkaard, y comandado por Arrigo Sacchi. Los rossoneros ganaron todos los títulos y esto le sirvió como trampolín a la política.
Pero también está la otra cara de la moneda. En octubre de 2012 fue condenado a cuatro años de prisión por fraude fiscal, siendo la única vez que fue encontrado culpable en decenas de cargos y juicios contra el. Fue un Playboy empedernido, casado dos veces y padre de cinco hijos, y al momento de su muerte, estaba en pareja con una mujer 53 años menor que él. En marzo de 2015 fue absuelto en el caso “Ruby”. Una causa polémica, en donde se le acusaba de incitar a una menor a la prostitución y de abuso de poder.
Pese a todo esto, después de Benito Mussolini, se cree que Berlusconi es el italiano sobre el cual más se ha escrito, que ha inspirado a más ensayos y tesis, y que más novelas, películas, poesías y comedias se basaron.
Franco De Cicco