Todos hablan de Michael Block, de 46 años, el profesional de Arroyo Trabuco Golf Club, quien incluso llegó a opacar a Brooks Koepka, que el domingo alzó el Trofeo Wanamaker en el Oak Hill Country Club, en Rochester, New York.
Estuvo a solo un golpe de la punta, concluyó 15 y dejó atrás por 6 a quien era hasta la semana pasada el N°1 del mundo, el español Jon Rahm. Pero a demás de mostrarse a la altura de cualquier estrella, por tener la ubicación que tuvo, se clasificó entre los quince mejores para la cita del próximo año en el Valhalla Golf Club, en Louisville, y también fue invitado para el próximo torneo de la gira.
Si todavía quedaban dudas para terminar de atrapar al púbico, en el hoyo 15 de la vuelta final, convirtió su hierro 7 y consiguió un hoyo en uno. La gente comenzó a saltar y a gritar de la emoción, gritaban su nombre. «Pensé que la bola me había quedado a cinco o diez pies, y me preguntaba por qué la multitud se estaba volviendo loca», comentaba Block, «Entonces Rory Mcliroy, con quien compartía la salida, caminó hacia mí y pensé: ¿Rory te da abrazos cuando quedas a un metro y medio del hoyo?», agregó después.
Antes de pasar a dar el primer golpe con el norirlandés, Block buscaba matar el tiempo haciendo algo, después de tener su almuerzo visitó la tienda de merchandising. Pero su esposa le sugirió que se ponga lentes de sol y gorra para que nadie lo reconozca. Este torneo le cambió su vida. «Terminó firmando autógrafos durante media hora», afirmó John Jackson, su caddie de Pebble Beach Golf Links, con quien son amigos desde hace más de una década.
Valeria, su esposa argentina, es quien lo apoya y lo sigue siempre, llevan casados 20 años, y su enamoramiento fue un flechazo instantáneo. «Esto es algo con lo que sueñas», comentó su mujer, respecto a lo que vivieron esta última semana. «Siempre creo en él y en su swing, pero esto figura a un nivel completamente diferente, como decir: «No estoy preparado para esto», describió.
Lo más conmovedor fue la sencillez que transmitió a lo largo de todo este torneo, jugó con soltura y naturalidad entre tantos grandes del golf, y luego expresó: «Pero sí, ha sido una experiencia surrealista y tuve esta extraña sensación de que la vida no será la misma en el futuro, aunque solo en el buen sentido, lo cuál es genial.»
Su lema de vida siempre fue «siempre hacer que el hoyo parezca más grande para ser feliz». «Así es como descubrí hace mucho tiempo que no iba a ser un profesional del PGA Tour. Porque no quería tener que embocar putts para pagar mi hipoteca, necesitaba un trabajo real que me diera dinero semanalmente. Eso iba a hacer que el hoyo pareciera más grande», expresó explicando lo que significa su frase. En todo su tiempo de competencias, Block no quería cargar con una vida dependiente de la irregularidad de su juego, por lo que decidió dedicarse a la enseñanza, «No me tomó 10 años darme cuenta de eso, sino que apenas uno y estaba feliz», detalló..
A pesar de todo, no dejó de jugar y le siguió yendo bien, lo nombraron diez veces el Jugador del Año de la PGA del sur de California y Jugador profesional del Año de la PGA 2022. Pero por sobre todo esto, jugó siete majors, cinco PGA Championship y dos US Open. Y resultó ser el único de los 20 profesionales que se clasificó para el último PGA Campionship que avanzó al fin de semana en Oak Hill. «No lloré cuando nacieron mis hijos, lo único que me hace llorar en el mundo es el golf», admitió Block en una charla.
Michael y su caddie John tuvieron que pellizcarse un poco para procesar todo lo vivido en esos últimos días en Oak Hill. Y vivieron un montón de emociones, principalmente cuando salvó el par y aseguró su plaza en el Major del próximo año en el hoyo 72.
Durante muchísimo tiempo escribió en sus pelotas de golf un mensaje inspirador: «¿Por qué no?». La síntesis perfecta de haberse animado siempre a más, como en ese último e inolvidable Major.
Ivana Ríos, 2° A, turno tarde