A lo largo de toda su carrera Delfina Pignatiello obtuvo tres medallas de oro en los Panamericanos de Lima 2019 en 400, 800 y 1500 metros libres, convirtiéndose así en la primera nadadora argentina en ganar tres medallas de oro. Gracias a este logro, fue la abanderada de la delegación nacional en la ceremonia de clausura. También obtuvo dos medallas de plata en los Juegos Olímpicos de la Juventud del 2018 en 400 y 800 metros libre, y Mundiales Junior. Además, representó a Argentina en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
“En mi corazón quedará para siempre el orgullo, la alegría y el honor de haber representado nuestra celeste y blanca estos años con tanta pasión”, expresó la exnadadora en su posteo de Instagram. Y luego sumó: “Ahora quisiera contarles que hace unos meses tomé la decisión de hacer un paso al costado del alto rendimiento y la competencia”.
Un trastorno emocional fue lo que la puso en esta posición. Pensó por completo en dejar de nadar, pero gracias al soporte de su familia, de Gustavo Roldán, el jefe técnico de la selección de natación, de su entrenador personal y de un equipo de profesionales que la contuvieron en este momento tan difícil, Pignatiello atravesó ese proceso y pudo salir adelante.
Volvió a sus entrenamientos y compitió en el Campeonato Sudamericano que se hizo en marzo en Buenos Aires. Pero sus tiempos estuvieron relacionados al tiempo que estuvo fuera del agua y al trabajo que pudo llevar a cabo una vez que pudo volver a la pileta. Comentó que se tomará a la natación desde otro punto de vista además de hacer otros deportes: “El deporte forma parte de mi vida desde otro lado, sigo nadando y estar en el agua seguirá siendo siempre mi lugar en el mundo. Me compré una cámara de fotos y emprendí un camino artístico el cual estoy explorando con mucha curiosidad, ganas de aprender y seguir creciendo. Me hace muy feliz y me hizo soñar de vuelta”.
Mas allá de su corta, pero intensa trayectoria, sus seguidores en las redes sociales crecieron al mismo ritmo de sus actuaciones representando la natación. Las nuevas generaciones la adoptan como una referente, gracias a todo lo que ella postea y como se muestra abierta a lo que es. También tiene un canal en YouTube en donde cuenta absolutamente todo lo que vivió, tanto en la previa de las competencias y su vida personal, ahí encontró como distraerse con la gente, de un espacio de su carrera deportiva. También aprovecha para leer, dibujar o simplemente conversar con las personas que interactúa en su chat. También es una integrante del Stone Spots Team que dirige Diego Schwartzman, un equipo de eSports que está al mando del tenista, en el cual la sumó por su figura relacionada al mundo del deporte y el streaming.
Los que la conocen, saben que Pignatiello siempre busca su mejor versión. Forma parte de su ADN desde la primera vez que le dijo a su mamá que quería nadar con apenas 12 años. Ahora, solo ocho años después, está en el máximo escenario deportivo del mundo. Y muy contenta agregó: “Gracias a quienes me acompañaron hasta aquí y quienes elijan seguir haciéndolo. Siempre los alenté a perseguir sus sueños. Anímense también a patear tableros y arrancar un nuevo juego. Elijan siempre el camino de corazón, con amor, valentía y dedicación. Ojalá se conviertan en el niño que siempre quisieron ser.”
“Seguiré luchando por lo que uno sueña, con mis convicciones, y seguir adelante. Esto es así. Es una carrera larga. Esto no es ni un antes, ni un después. No hay nada tan importante ni nada tan terrible en la vida. Y quiero aprender de eso”, comentó después de suponer que la frustración sería el combustible para volver como deportista. Pero no le quedó para seguir luchando. Logró mucho en escaso tiempo, ilusionó en el deporte, pero lo que vivió en Tokio fue un shock que nunca pudo asimilar.
Ivana Ríos, 2° A, turno tarde