Victoria Tanco tenía todo para triunfar en el golf. Pero dejó la práctica profesional a los 22 años. Priorizó actividades religiosas para su salud mental con Mosaic Church que fue la iglesia que llamó la atención de la joven deportista. Cuando tuvo todo para ser una estrella del deporte, una seguidilla de fracasos en el verde césped la descolocaron y decidió abandonar el deporte que había practicado desde que era una niña. “Mi estado de ánimo y mis emociones dependían de cómo me iba en los torneos, entonces se me hizo muy difícil separar la persona del juego”, declaró en una nota con el diario La Nación.
Cuando parecía que el éxito desbordaba, la jugadora argentina dejó de disfrutar la competencia y se hizo a un lado. El talento fue opacado por diferentes situaciones que no pudo superar. “Sentía que el golf ya no era mi pasión y no lo estaba pasando muy bien”, confesó.
Victoria nació el 25 de febrero de 1994 en Capital Federal. Comenzó a jugar al golf a los seis años porque sus padres, Marcelo y Lucía, querían que practicara algún deporte. Luego de algunos torneos infantiles ganados, a sus diez años participó del abierto argentino de damas y sacó hándicap.
Un año después Tanco ganó su primer torneo internacional en Estados Unidos, convirtiéndose en la promesa nacional. A los catorce se colocó en el primer puesto del ranking Americano Junior.
Obtuvo una gran suma de títulos nacionales e internacionales. Participó en cinco US Women’s Open consecutivos, entre 2008 y 2012, y fue integrante del LPGA Tour entre 2012 y 2014.
En mayo de 2016 decidió abandonar el golf “tras encontrar y aceptar a Jesús”.
“Tengo un propósito en la vida: expandir el Reino de Dios“, confesó Tanco y se unió a la Mosaic Church ubicada en Florida, Estados Unidos. En la actualidad realiza por Internet el curso de Marketing y Publicidad en Liberty University.
Autor: Mateo Araujo, 2° A, Turno tarde