El mundo del atletismo perdió a una figura de peso mundial. La muerte de Greg Foster sacudió a quienes practican esta disciplina y a quienes lo recordaban por sus logros en las pistas. El deportista que nació el 4 de agosto de 1958, se especializó en la prueba de 110 metros con vallas en la que llegó a ser tres veces campeón del mundo, en Helsinki 1983, Roma 1987 y Tokio 1991.
En los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984 ganó la medalla de plata en los 110 metros vallas, con un tiempo de 13.23 segundos, llegando a la meta tras su compatriota Roger Kingdom que con 13.20 segundos batió el récord olímpico, y por delante del finlandés Arto Bryggare (bronce con 13.40 segundos).
Foster, además, integró la comitiva de grandes figuras internacionales, la más impresionante que jamás se haya dado cita en pistas argentinas, cuando se realizó el torneo “Ciudad de Buenos Aires” entre el 10 y 12 de octubre de 1980 con motivo de la inauguración de la primera pista sintética del país, en el entonces Cenard y actual Cedena. Dicho torneo, que tuvo como sus impulsores a Tito Steiner, Pedro Cáccamo, Walter Ditsch y Raúl Zabala entre otros, permitió que engalanaran nuestras pistas leyendas como Edwin Moses, Sara Simeoni, Al Oerter y muchos más.
Y entre ellos estaba Greg Foster, quien ganó los 110 metros con vallas en 13 segundos, 55 centésimas, un registro que jamás se había visto hasta entonces en nuestro país. Superó a su compatriota y ex campeón olímpico Rodney Milburn, quien marcó 13s.90 y la medalla de bronce fue para uno de los mejores especialistas europeos de la época, el español Javier Moracho, con 13s.97. Luego se ubicaron Charles Foster (EE.UU.) con 14s.12, el uruguayo Javier Olivar Núñez con 15s.35 y los argentinos Damián Cismoni (15.68), Pablo Bianchi (15.70) y Eduardo Beck (15.75).
La noticia del fallecimiento del triple campeón mundial de atletismo fue informada por la Federación Internacional de Atletismo, la World Athletics.
El organismo, que asegura que está «profundamente entristecido» al conocer la noticia, recordó que Foster -nacido en Chicago- fue «una fuerza dominante» en la prueba en la década de 1980 y a principios de la de 1990. El estadounidense ganó el oro mundialista al aire libre en tres ocasiones: Helsinki 1983, Roma 1987 y Tokio 1991. También fue plata en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 tras su compatriota Roger Kingdom y campeón bajo techo de 60 vallas en Sevilla 1991. Así mismo estableció un récord universal bajo techo en 1987 con 7.36.
El director ejecutivo de la Federación Internacional, Jon Ridgeon -que fue plata detrás de Foster en Roma 1987- aseguró que era «una de las verdaderas leyendas de las carreras de vallas» y que tuvo que competir contra el que era uno de sus «modelos a seguir y héroes dentro del deporte».
“Recuerdo que encontré a Greg exactamente como te gustaría que fuera tu héroe atlético: un feroz competidor en la pista pero siempre un hombre cálido, generoso y amigable lejos de la intensidad de la competencia», señaló Ridgeon, quien apuntó que se encontraba «muy triste» tras su fallecimiento «a una edad tan joven”.
Foster se retiró en 1996, dominó su disciplina durante cinco temporadas y por 18 años (1977-94) logró estar entre los mejores 12 de su especialidad, fue elegido para el Salón de la Fama de la Federación Estadounidense (USTAF) en 1998 y pese a serle diagnosticada amiloidosis,( una enfermedad potencialmente mortal que daña considerablemente el corazón) , a los 57 años, continuó vinculado al atletismo como entrenador.
Por este motivo en el año 2020, el triple campeón fue sometido a un trasplante de corazón.
Axel Cabrera, 2° A, turno tarde