Tras la muerte de la reina Isabel II, el príncipe, Carlos III, ascendió al trono británico con 74 años donde ya se encontraba realizando tareas de alto nivel en el cargo; pero el pasado seis de mayo fue oficialmente proclamado y coronado junto a su esposa, Camilla, para ser los nuevos monarcas del Reino Unido y soberanos de los otros catorce reinos. Esta celebración se realizó ocho meses después del fallecimiento de su madre con el arzobispo de Canterbury quien le entregaría la corona de San Eduardo al grito de “God save the King” y posteriormente recibiría el centro y la varilla sentado en la silla de coronación consagrando al soberano con el aceite sagrado en la abadía de Westminster (tradición de hace 900 años). Una vez cumplidos los protocolos, Carlos III y Camilla recorrieron las calles de Londres con un cortejo ceremonial saludando a la población hasta llegar al palacio de Buckingham para saludar a todos los ciudadanos y hacer la foto en familia que registraría a la monarquía. En ella el príncipe Harry, quien había abandonado el trono, no participó. Fueron testigos de la coronación unas 2.000 personas; entre ellas miembros de la familia real, representantes importantes y destacados políticos de todo el mundo.
A pesar de las intensas lluvias que se esperaban, miles de personas asistieron para acompañar y presenciar la coronación en las afueras de la abadía de Westminster. El pasado siete y ocho de mayo se consideran días festivos para el pueblo británico ya que en el castillo de Windsor sería lugar de espectáculo y contaría con la presencia de artistas internacionales como Kylie y Dannii Minogue, Take That, Lionel Richie, Katy Parry, Andrew Lloyd Webber, Andrea Boselli y Freya Ridings junto con el coro de la coronación, orquestas, bailarines y actores. Además de que se iluminaron los monumentos más importantes de todo el Reino Unido con proyecciones, láser y drones. Festival al que asistieron más de 27.000 personas.
De igual manera no para todo el reino fue un día de alegría ya que se arrestaron a varios manifestantes quienes estaban en la plaza de Trafalgar con banderas, camisetas y carteles amarillos que resaltan su pensamiento político y liberal opositor a la corona exponiendo la frase “no es mi rey”. Graham Smith, director ejecutivo de Republic, fue arrestado junto a otras cinco personas importantes de este conjunto por la Policía Metropolitana. Los efectivos policiales admiten y confirman que estos no estaban manifestando de manera pacífica y que podrían estar armados y atentar contra la realeza.