No es un día cualquiera. Es el día del arquero, en conmemoración al fallecimiento del colombiano Miguel Calero Rodríguez en 2013 tras un infarto cerebral. A pesar de que es un puesto que no es tan reconocido como los demás, muchos se acuerdan de él y más cuando en la liga que es considerada la más importante del mundo se realizó una atajada que es un calco de otra. Se trata de Emiliano Martínez, quien con una estirada espectacular evitó lo que hubiera sido gol del Chelsea y la caída del arco del Aston Villa, en el empate 0-0 en Stamford Bridge. Esta vez ahogó el grito sagrado de Mijailo Mudryk, delantero que quedó mano a mano pero se topó con una muralla que ahogó el gol para el equipo local, cuando todo parecía indicar lo contrario, al igual que lo hizo con Kolo Muani en la Copa del mundo, como si desde el cielo el ex arquero colombiano guiara los movimientos de su colega de profesión.
Aquella no fue una más, sino la más importante de la historia del fútbol, cuando restaban segundos para el fin del partido en un electrizante alargue que hasta el momento se encontraba empatado 3-3, y cuya conversión hubiera significado el bicampeonato mundial para Francia en tierras qataríes y la primera derrota en una final para el equipo de Lionel Scaloni.
Pero como demostró en los momentos claves de la competición, apareció para salvar a un equipo que realizó un partido soñado, dominando al conjunto «galo» desde el comienzo del mismo hasta el descuento de penal y el repentino empate tras una volea de Mbappé, lo que en ese momento generó una enorme conmoción en los amantes del fútbol por lo desparejo que estaba resultando el encuentro, como si de un amistoso se tratara para la Selección Argentina. A pesar de ese desconcierto que significó la remontada francesa, Dibu realizó esa fantástica parada que quedará grabada en la memoria de todos, acompañado luego de su atajada desde los 12 pasos a Coman y el baile icónico luego del penal errado por Tchouaméni y que en la actualidad se volvió viral para los chicos y los no tanto, que tienen un nueva nueva figura que los representa y a quien imitan, como lo ha hecho uno de los hijos de Messi. Así coronó una final soñada tanto a nivel grupal como individual, por lo que el día del arquero será para los argentinos uno de los más importantes por todo lo que significa Emiliano Martínez en su trayectoria en la selección, a la que llegó como un casi desconocido para la gente y agigantó su figura hasta convertirse en uno de sus favoritos, tanto por lo logrado en lo deportivo como su marcada personalidad que llamó la atención en el mundo entero.
Después de cuatro meses de la conquista de nuestra tercera estrella, y ante miles de recuerdos que transportaron al pueblo argentino a lo largo de este tiempo a Qatar, llegó una atajada que mágicamente nos llevó a ese segundo final, donde todo hubiera acabado y esa estirada llevó el alivio de saber que no todo estaba perdido. En este caso se trató de un partido que obviamente no tuvo la relevancia de aquel otro, pero en el medio de esa insignificancia que tenía este cotejo de liga entre equipos de mitad de tabla, apareció alguien que hizo que el encuentro cobrara trascendencia para los argentinos, y llevará el recuerdo de aquella alegría incomparable.
Este día tan especial, que para esta parte del mundo representaba algo trágico, para la Argentina se volvió algo glorioso, con la alegría de saber que el arco tiene dueño, el hombre que hizo que ese puesto vuelva a tener la importancia que nunca debió haber perdido, y que con justa razón fue reconocido por el mundo del fútbol como el mejor del mundo. Es nuestro, es el Dibu Emiliano Martínez.