Leonardo da Vinci nació en un pueblo en la Toscana, territorio de los Medici. A sus pocos años se mudó a Florencia, donde en 1466 inició su carrera como artista en el estudio de Andrea del Verrocchio.
Bajo su ala pinta, el que es considerada su primera pintura, La Anunciación (1472-1475). Para poder apreciarla debemos verla ubicándonos hacia la derecha y desde un punto más abajo, para lograr la simetría y equilibrio pensado por da Vinci.
En 1481 los monjes agustinos de San Donato de Scopeto le encargan “La adoración de los Magos”. Dicha obra quedó inconclusa al mudarse a Milán, por lo que fue terminada por Domenico Ghirlandio.
Instalado en Milán realiza varias obras importantes como la Virgen de las Rocas (1483), destinada a decorar una capilla de la iglesia de San Francisco Grande. Posee dos versiones realizadas con veinte años de diferencia, celebra el misterio de la Encarnación con María, Cristo y San Juan Bautista. La primera versión está expuesta en el Louvre, la segunda en la National Gallery de Londres.
Hacia 1490, en su rol de científico, dibuja el Hombre de Vitruvio, del que se observan dos figuras masculinas superpuestas con brazos y piernas separadas dentro de un círculo y un cuadrado. En este se estudia la forma ideal del cuerpo y sus proporciones naturales.
Entre 1492 y 1497 cincela lo que es la obra pictórica más importante de la historia del arte, La Última Cena. Un mural de 4.6 metros de alto y 8.80 metros de ancho, conserva su lugar original, la pared del comedor del Convento de Santa Maria Delle Grazie en Milán. A lo largo del tiempo se fue deteriorando, y perdiendo parte de su superficie, culpa del método que utilizó para crearlo. Una mezcla de temple, óleo y yeso en un enlucido.
A principios del siglo XVI regresa a Florencia, y le encargan, junto a Miguel Ángel, los frescos para el Salón de los Quintetos en el Palacio Vecchio, allí representarían “La Batalla de Anghiari” y “La Batalla de Cascina”. Ambas inconclusas, en la que actualmente no existe rastro alguno.
En este tiempo realiza su obra más mediática: La Gioconda (1502-1506). En vida, nunca recibió elogios de la misma, muchos años más tardes de su muerte fue admirada su sonrisa enigmática y la técnica utilizada (sfumato y la perspectiva atmosférica). Existen varias versiones de a quién pudo retratar: su madrastra, o una joven florentina llamada Lisa del Giocondo, o la esposa de Francesco de Giocondo.
Su última obra la realiza en Francia cuando entra en servicio de Francisco I de Francia (adquirió a La Mona Lisa desde 1515 hasta 1547). San Juan Bautista (1513-1516) es un óleo de madera mezcla el fin del Renacimiento y el inicio del Manierismo. Su dedo índice de la mano derecha denota la importancia de la salvación a través del bautismo y la venida de Cristo.
Leonardo muere un 2 de mayo del 1519 a sus 67 años en Francia. Fue enterrado, bajo su deseo, en la iglesia de Saint-Florentin, aunque años más tarde su tumba fue profanada y sus restos se perdieron.
Pintor, escultor, filósofo, anatomista, músico, arquitecto, científico e investigador. Un hombre polifacético, que indudablemente su aporte seguirá traspasando y sorprendiendo en el pasar de los siglos.
Melina Fornés