El martes 8 de noviembre del año pasado, en la localidad de Moreno, Susana Cáceres se despidió de su hija de 18 meses y de su mamá para poder salir a vender electrodomésticos y juntar el dinero necesario para poder pagar la factura de luz. Esa fue la última vez que un familiar pudo verla antes de que desapareciera. Diez días después, su cuerpo sin vida fue encontrado con signos de abuso sexual, asfixia y violencia extrema. A casi cinco meses del hallazgo, no hay detenidos por el femicidio.
La familia no dudó ni un segundo y fue hacer la denuncia correspondiente para que comenzara la búsqueda de Susana. La policía encontró varios testigos que afirmaban haberla visto en una cancha de fútbol a siete cuadras de su casa. A raíz de esto, con la esperanza de encontrarla viva, comenzaron los rastrillajes que confirmaron que había pasado por esas canchitas, específicamente tras el análisis del interior del vestuario y un descampado que hay en el fondo del lugar.
En ese momento, solo fueron detenidos su expareja, Alberto Peralta, y su hermano, tras un allanamiento. Fueron vistos por varios testigos en una camioneta Renault Duster junto a Susana. Fuentes afirman que la víctima y su ex habrían tenido una discusión el 7 de noviembre, un día antes de que todo comenzara. A pesar de eso, solo fue detenido por tenencia de arma de guerra.
La búsqueda continuó hasta el 18 de noviembre, cuando el cuerpo de la víctima fue encontrado cerca del Rio Reconquista, a metros del camino del Buen Ayre. El reconocimiento se logró por la vestimenta que llevaba puesta antes de desaparecer y por un tatuaje en el antebrazo, con el símbolo de Chevrolet.
La autopsia confirmó que Susana fue abusada sexualmente, tenia múltiples heridas punzo cortantes, hematomas en el cuerpo, un golpe en la cabeza con un objeto contundente, y signos de asfixia. Además, determinó que su muerte fue de 3 a 10 días antes de su aparición.
Úna prima de la víctima, Adriana, habló por entonces con periodistas y agradeció el trato que se le dio al caso pero pidió, a su vez, que les dieran espacio ya que ahora empezaba la parte profunda de la investigación que era la parte mas difícil.
La localización del cuerpo pudo hacer que se sumara un sospechoso más a la lista, Ramón Rosa Lescano, a quien se lo ubica en el lugar en el que se encontró el cuerpo, estacionado por más de 40 minutos con su camioneta, también una Renault Duster, en la que encontraron manchas que podrían ser de la sangre de la víctima. Pero Lescano negó su participación y todavía no hay nada que lo una de forma directa al caso.
Por el momento, solo hubo sospechas, indicios de evidencias, pero nada que haga que la policía detenga a uno de los sospechosos del femicidio de Susana Cáceres.
Sol Bottarini – 2ºB Turno Mañana