En 2010, para ese entonces, Joseph Blatter, presidente de la FIFA, anunciaba como sede del Mundial 2022 a Qatar por encima de varios países que fueron candidatos, un tema que fue tratado en este artículo. Sin embargo, la que más se podría destacar entre todas las deficiencias del organizador, es el tema social y judicial de la homosexualidad y género.
Para empezar, Qatar es un país musulmán ubicado entra la península arábiga y el Golfo Pérsico, rodeado de país que también sancionan duramente a las relaciones no heterosexuales y que cualquier acto que indique lo contrario puede ser tomado como una «rebelión» o un «crimen moral» la cual puede llevar hasta la pena de muerte. El mismo Blatter sugirió poco antes de ser metido a prisión, que aquellos que se identificaran dentro del lobby LGTB, no viajasen al Mundial por su seguridad.
Si bien, por parte del anfitrión, afirmó que no le negará la entrada a aquellas personas dentro del lobby, sus acciones tendrán que ser muy cuidadosas, ya que no pueden mostrar afecto en público, no pueden realizar publicaciones en las redes sociales que «comprometan» al país organizador y tampoco van a poder compartir hotel para evitar a cualquier acto sexual fuera de lo estipulado.
El desconcierto aumentó aún más cuando hace poco, uno de los embajadores del mundial y ex jugador de la selección qatarí, Khalid Salman, calificó la homosexualidad de «daño mental» durante una entrevista que sus asistentes debieron terminar inmediatamente ante los dichos.
Este no fue el único caso desde que se empezó a aceptar la homosexualidad en occidente, Rusia en 2018 también había prohibido estas prácticas pese a las manifestaciones en el país, algo que para la FIFA en otro contexto, sería inadmisible, teniendo en cuenta que la entidad madre del fútbol no acepta ningún tipo de discriminación por parte de sus miembros y de ello son evidencia las constantes amonestaciones y sanciones económicas a distintas selecciones nacionales por cánticos racistas, xenófobos y hasta homófobos por parte de las hinchadas en el campo de juego.
Además de que a esto se le puede sumar, el trato que tiene el país asiático en cuanto a la mujer que la deja hasta dos escalones por debajo del hombre.
Matías Nicolás Domínguez Campo 2°B Turno Tarde