Este viernes por la madrugada, los pocos transeúntes que circulaban por Recoleta para terminar su día laboral (o dar inicio a la famosa noche porteña) presenciaron un espectáculo tristemente recurrente: un hombre intentando asaltar a una pareja en una plaza del barrio, con intención de escapar en su moto y dejar a la pareja sumida en la bronca y resignación.
Sin embargo, un oficial de Policía Metropolitana detectó la amenaza en dicho sector de la Plaza Vicente López y Planes, en Juncal y Montevideo, y sin mediar un segundo procedió a forcejear con el malviviente para evitar el robo. Fue allí cuando tuvo la mala fortuna de sentir cómo perdía el arma reglamentaria y ver que era recuperada por el mismo malhechor. Este último disparó sin mediar palabra contra el oficial de policía, quien salió ileso del percance.
La solicitud de ayuda no se hizo esperar, y varios efectivos confluyeron para comenzar la persecución del fugitivo, quien extendió la huida hasta un albergue transitorio en Palermo. En este punto, el delincuente demostró hasta qué punto podía llevar su locura, haciendo su ingreso por la zona del estacionamiento, tomó al encargado y lo amenazó con el arma en la cabeza hasta gatillarle sin que salga el disparo.
Las parejas ocasionales o matrimonios gozosos presentes atestiguaron como varios patrulleros rodearon el establecimiento para ingresar, reducir al delincuente atrincherado y rescatar al encargado, luego de recuperar el arma secuestrada en primer termino. Al momento de esta publicación, la causa fue tomando curso en el Juzgado Nacional 53, donde se reconocieron antecedentes por delitos de invasión a la propiedad privada.
Desde hace décadas, se registra un reclamo cívico contra la inseguridad, el narcomenudeo y los robos a mano armada, tanto a nivel nacional como dirigido hacia el gobierno de la ciudad. Distintos sectores sociales y grupos económicos se hacen eco de un problema genuino para descargar su bronca contra los marginados sociales y las clases bajas, buscando convertir a dichos sectores en chivo expiatorio de los problemas que aquejan a este país.
La recurrencia de estos hechos ilegales debe encender la alerta como sociedad nos lleva a preguntar que tan efectivo es el uso de loa fuerza policial para acabar con la delincuencia o si va enfocado a terminar con los delincuentes, pero también nos abre el interrogante sobre como la difusión masiva de los actos delictivos conduce a una toma de conciencia y prevención.
Kevin Bustos 2A TT