El sábado se jugó la final de la Copa Libertadores entre dos equipos brasileños, nuevamente, y ya van tres instancias al hilo sin equipos argentinos. El Mengão se consagró por tercera vez en la competencia tras derrotar por la mínima a Atlético Paranaense, en el Estadio Monumental de Guayaquil de Ecuador. El club lo festejó en Twitter así:
🗣Repite conmigo:
VENCEEER,VENCEEER,VENCER.#M3NGO pic.twitter.com/UDw9WgZM2q— Flamengo (@Flamengo_es) October 29, 2022
La última vez que un equipo argentino participó de una final en este certamen fue en 2019 y en la cual también ganó Flamengo; en ese entonces, el Fla había dado vuelta el resultado ya que perdía 1-0 contra River Plate, y con un doblete de Gabigol, la historia cambió. Hubo una particularidad, pues Gabriel Barbosa -el autor de los dos goles- tocó la copa ingresando a la cancha y anuló la mufa. Con relación a esta mención, el tweet de la Conmebol Libertadores:
🔴⚫️ @gabigol. El de los goles importantes 🇧🇷👊#GloriaEterna pic.twitter.com/833gXjBpJh
— CONMEBOL Libertadores (@Libertadores) October 29, 2022
De ahí en adelante, los conjuntos de Argentina comenzaron a desaparecer de a poco y de resultar semifinalistas, como Boca Juniors y el Millonario en 2020 al igual que el Fortín este año, culminaron en ser eliminados en instancias anteriores. En 2021, el Xeneize, Racing, Vélez Sarsfield y Defensa y Justicia se quedaron en octavos de final, mientras que River hizo lo propio en cuartos.
En conexión con lo anterior, hay otra coincidencia. A la par que la relevancia disminuía por la escasez de equipos argentinos en el máximo torneo internacional, los conjuntos brasileños se alzaron a la gloria. Desde que River ganó en Madrid, ningún otro club de Argentina pudo «conquistar América»; en 2020 y 2021 Palmeiras obtuvo el bicampeonato, mientras que en esta edición, como fue mencionado con anterioridad, venció Flamengo. Los semifinalistas fueron todos provenientes de Brasil excepto por Barcelona de Ecuador en 2021 y Vélez en 2022.
La conclusión que deja esta nota es que el enfrentamiento entre equipos de un mismo país, que en su propio torneo local se enfrentan de manera directa aproximadamente dos veces al año, resulta aburrido cuando se trata de una competencia expectante; esto también se relaciona con las victorias por el mínimo resultado y un juego brasileño bastante chato, en comparación del que se espera ver.
Iara Gomez, 2 º B, turno tarde.