El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en su primer discurso en la ciudad San Pablo, tras la victoria en el balotaje con una diferencia de poco más de 2.200.000 de votos ante el actual Jefe de Estado Jair Bolsonaro, declaró que apostará por el diálogo “para luchar contra el hambre” y se comprometió a “restablecer la paz” y gobernar para “todos”. Al culminar su discurso, en un claro mensaje de apoyo político, Lula celebró en el búnker con sus aliados y su esposa, y se puso una gorra con las iniciales de “CFK 2023” promocionando la campaña de Cristina Fernández de Kirchner para las próximas elecciones en Argentina.
“Intentaron enterrarme vivo y estoy aquí para gobernar este país en una situación muy difícil, pero tengo fe en Dios que con la ayuda del pueblo vamos a encontrar una salida para que el país vuelva a vivir democráticamente y pueda establecer la paz entre las familias”, afirmó el líder del Partido de los Trabajadores (PT), quien minutos antes de confirmarse su victoria, en su cuenta oficial de Twitter publicó la palabra “Democracia”, junto a una imagen de la bandera de Brasil en la que se ve su mano.
Frente a la difícil situación económica en Brasil, Lula se comprometió a combatir el hambre y la pobreza en el país: “No podemos aceptar como algo normal que millones de hombres, mujeres y niños no tengan qué comer. Si somos el tercer mayor productor de alimentos y el primero de proteína animal. Si somos capaces de exportar al mundo entero, tenemos que ser capaces de garantizar que todos los brasileros tengan acceso a las tres comidas al día”.
El Tribunal Superior Electoral (TSE) felicitó a Lula en su condición de presidente electo de Brasil, aunque Bolsonaro no había reconocido el resultado siendo la medianoche del domingo y muchas veces había insinuado que podría no hacerlo en caso de la derrota. “Llamé a ambos candidatos y los felicité por haber participado en esta fiesta de la democracia que son las elecciones”, dijo el presidente del TSE, Alexandre de Moraes.
El líder ultraderechista lideró la primera parte del conteo, pero fue superado por su rival con poco más del 67% del escrutinio, cuando comenzaron a ser contabilizados los votos de las pequeñas ciudades y de las regiones periféricas y fue Lula quien pasó a liderar cuando el porcentaje de los votos contabilizados superó el 70%, igual que en la primera vuelta. De esta forma, Jair Bolsonaro se convirtió en el primer presidente brasileño en no conseguir la reelección, mientras que Lula tendrá su tercer mandato tras sus dos anteriores entre 2003 y 2010.
Esteban Gimenez 2ºA TN