Uno de los fenómenos culturales más importante del siglo XX fue, sin duda, la beatlemanía. El furor por todo lo referido a/por/para/con Los Beatles a mediados de los sesenta, tanto en el Reino Unido como en Estados Unidos fue algo sin antecedentes para el mundo postguerra. Ese suceso tuvo un punto de partida y en este caso se llama “Love Me Do”.
Para comienzos de octubre de 1962, el grupo ya tenía un grado de popularidad avanzado a nivel local, en su Liverpool natal, pero aún no la habían pegado a nivel nacional. El 5 de ese mes publicó su primer sencillo: en la cara “A” figuraba la mencionada “Love Me Do”, que fue acompañada en la faz opuesta por “Ps. I Love You”. Llamativamente y contrario a lo que sucedía en aquellos años, en los que compositores profesionales firmaban los éxitos de muchas bandas, ambos temas eran originales de la dupla John Lennon y Paul McCartney.
Si bien el rendimiento del single en las bateas no fue inmediato, no tuvo una suma de ventas descollante en las primeras semanas, les hizo ganar la confianza de George Martin. El grupo, que en ese entonces todavía tenía a Pete Best como baterista, la interpretó en la sesión de prueba para EMI ante los ojos del que sería más tarde su productor. Este gustó de la canción y vio en ellos algo que le hizo ficharlos, no sin antes advertirle a Brian Epstein, el manager, que para tener mejores aspiraciones debían cambiar de batero.
Luego llegó Ringo Starr y el resto es historia conocida, pero vale recalcar que además de las grabadas por Starr y Best, también hay una versión en la que los parches están a cargo de un tal Andy White y en la que Ringo solo toca la pandereta. ¿Quién era Andy White? La llegada del joven Starkey a Los Beatles significó una sorpresa para Epstein, quien ya tenía contratado a un sesionista profesional para la grabación de “Love Me Do” en el estudio. Ese músico era White y la versión con él en batería es la que figura en “Please Please Me”, el primer LP de los FabFour, en tanto que la del sencillo es la que registraron con Ringo.
La armónica, la unión de las voces y lo refrescante de ese, su sonido propio, fueron tal vez algunas de las armas que esgrimieron Los Beatles en aquellos primeros años sesenta. La suma de todo eso hizo que “Love Me Do”, un tema de apenas tres acordes, fuera el comienzo de una carrera plagada de éxitos que le siguieron y que los consagraría como una de las bandas más grandes de toda la historia.
Damián Basile