Nació el 11 de mayo de 1904, en Figueras, Cataluña. Su vida familiar no era muy buena, más bien era complicada a raíz de que Salvador no era una persona convencional. De niño le gustaba jugar a juegos mentales con sus padres, para él su hogar era como un laberinto mental. Desde su infancia mostraba genialidad, pero a su vez también mostraba signos de arrogancia y egoísmo. Salvador era su propio mundo, con la meta de convertirse en un símbolo, alguien totalmente extraordinario. No fue un buen estudiante, pero cuando estudiaba, asistía también a las clases de dibujo de la escuela municipal de dibujo en su localidad.
Sus primeros pasos los dio cuando su padre le impone como condición, para ser pintor, estudiar en Madrid en la escuela de Bellas Artes para obtener el título de profesor. Dalí acepta lo que el padre le propone. A sus dieciocho años asiste a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, vive en la Residencia de Estudiantes, donde tenía su grupo de amistades con jóvenes que con el tiempo se convirtirían en personalidades artísticas como Federico García Lorca y Luis Buñuel. Dalí participó de varias exposiciones en Barcelona y Madrid, realizó su primer viaje a París junto a su tía y su hermana. En este viaje conoce a Picasso -quien lo ayudó a abrir su mente a la modernidad- y visita el museo del Louvre.
Su objetivo era encontrar algo que le permitiera explorar su propio mundo. Un artista extremadamente imaginativo. Es por eso que experimentó lo que sería su mundo artístico, no solo la pintura, también la escultura, escritura, cine y diseño. Un recorrido por su obra nos permite observar que es un artista que ha experimentado con todas las vanguardias: cubismo, futurismo e impresionismo. A su vuelta es expulsado de la Escuela de Bellas Artes de Madrid por declarar incompetente al Tribunal que debía examinarlo. Finalmente regresa a sus orígenes para dedicarse de lleno a pintar, el surrealismo ya formaba parte de él.
Vuelve a Paris, en donde a través de Joan Miró entra en contacto con el grupo de los surrealistas encabezado por André Breton. En ese mismo verano recibiría una visita que marcará su vida para siempre. Desde ese momento Gala iba a permanecer a su lado, con quien contrae matrimonio en el santuario de los Àngels, en Sant Marti Vell. Helena Gala fue musa y amante de varios artistas, hasta que conoció a Dalí, de ella Dalí había expresado que fue quien lo salvo de la locura y de una muerte temprana, es que el artista era un hombre problemático, inseguro, desorganizado, y fue Gala quien lo acomodó al mundo real.
La gran consagración llegó a principios de la década de los treinta. Realiza exposiciones individuales y colectivas en Paris, Nueva York, Londres, Washington. Su modo inquieto lo llevará a publicar libros sobre arte y cine, a realizar artículos para revistas, a escribir poemas y guiones para cine. Y así comienza con su etapa mística que se caracteriza por el tratamiento de temas religiosos, y con avances científicos de la época. El interés por la ciencia y la holografía aumenta, y le ofrecen nuevas perspectivas en su búsqueda. Esto hace que estudie y utilice las posibilidades de los nuevos descubrimientos científicos.
Sus últimas obras estaban inspiradas en personas que el admiraba, como Miguel Ángel y Rafael. Fallece en Figueras el 23 de enero de 1989. Un artista fascinante, un poco antipático, exhibicionista, con algo de payaso. Lo describen como un hombre totalmente tímido, acomplejado por su físico, que en sus obras expresaba lo que era realmente: un tímido-patológico, algo que expresa en sus mejores cuadros, ocultando el miedo a la locura.
Aldana Castillo