El pasado lunes 18 de septiembre, se celebró el Día del Caballo con una marcha en la Plaza del Congreso. El tema se hizo tendencia en las redes con el hashtag #NoMasTas (“No más tracción a sangre”). Hace ya muchos años que diferentes sectores sociales reclaman, mediante diferentes proyectos, terminar con los carros tirados por caballos que se usan con fines comerciales.
Por eso, contar con una ley penal, y ordenanzas unificadas en cada municipio, podría poner fin a este problema. Mientras tanto, los caballos continúan cayendo exhaustos ante la mirada de una sociedad incrédula y de la policía, que cuenta con pocas herramientas para terminar con este flagelo.
Se estima que más de 70.000 animales padecen cada día trabajos forzados en condiciones inadmisibles de maltrato.
El proyecto de ley, que viene elaborando hace ya muchos años la Organización Civil Aluisa, será presentado por el diputado Alejandro Finocchiaro (Juntos por el Cambio) esta semana en el Congreso. “Se tiene que acabar el abuso animal. Vamos a hacer un gran esfuerzo para que se trate este año, a pesar de la resistencia del oficialismo para hacer funcionar el Congreso”, señala el legislador sobre la iniciativa que busca prohibir la tracción a sangre con fines comerciales. Y agrega: “Además, se hará una normativa que cuente con todas las condiciones para que la ley pueda salir. Por eso, se estipula un plazo de 18 meses luego de ser promulgada la ley para anotarse en un registro, y están previstas líneas de crédito, para facilitar la reconversión a vehículos eléctricos”.
Otro de los puntos de la iniciativa plantea que “los equinos que sean sustituidos no podrán de ninguna manera ser destinados a la comercialización de ningún tipo, faenados, ni a ningún tipo de sector industrial destinado al turismo, entretenimiento, ocio, deporte, ni en cualquier otra actividad”.
Bajo el lema “Ni caballos esclavos, ni humanos excluidos”, las organizaciones presididas por Claudia Favano (Rescatistas Unidos Zona Oeste), Gabriela Rosa (Voluntarios por los caballos) y Andrea Escaserra (Caballos Argentinos en Libertad), con el apoyo de mas de quince asociaciones protectoras de estos animales, convocaron a la Plaza del Congreso.
Por último, remarca: “Los caballos trabajan durante doce horas seguidas, descansan un par de horas y vuelven a salir a trabajar. Están desnutridos, lastimados, con el espíritu quebrado, tomando agua de los charcos, traccionando hasta morir”.
Alexis Ezequiel Cettour, 2 A T.T