Con el partido inaugural de la edición número 22 de la Copa del Mundo casi a la vuelta de la esquina, es cada vez más la preocupación de los hinchas, jugadores y hasta técnicos sobre la condición física de sus figuras y de sus posibles convocados. Sin embargo, ha sido común que días antes del comienzo ya se den bajas confirmadas por distintas razones.
El domingo 18 pasado Juan Musso, uno de los dos arqueros a ocupar el lugar del tercer seleccionado en ese puesto junto con Franco Armani y Emiliano Martínez, sufrió una fractura en el rostro de la cual tuvo que ser operada y estará por lo menos un mes por fuera de las canchas, lo que lo dejaría virtualmente afuera de la convocatoria de Lionel Scaloni ya que Gerónimo Rulli llegaría con más rodaje. Por otro lado el Dibu también presentó molestias en las piernas durante un partido entre el Aston Villa y el Southampton luego de varias jornadas donde tuvo actuaciones cuestionables.
Ante esto cabe señalar que los calendarios cada vez son más apretados y requieren más exigencias de los jugadores que los hacen más propensos a las molestias musculares, desgarros o hasta fracturas, por ejemplo, en La Liga hay 6 fechas en octubre y en Italia cinco, son más de un partido por semana, a eso hay que sumarle las competencias internacionales que cada vez más equipos se suman y más jugadores se ven afectados por estos calendarios y ya con los amistosos internacionales (o la Nations League en el caso de Europa) es más evidente que a futuro, los jugadores están más expuestos.
Si bien la ampliación del plantel a elegir pasó de 23 a 26 jugadores y de que podrán hacer los cambios necesarios por fuerza mayor hasta ya haber iniciado el torneo, surge la duda de si es justificable arriesgar la integridad de las figuras más importantes para un mundial del cual hasta podrían no asistir por sufrir una lesión. En el caso de Argentina ya ocurrió en 2018 donde Sergio Romero acabó por bajarse del plantel de Jorge Sampaoli por lastimarse la rodilla en el uno de los entrenamientos.
Esto podría ser bastante perjudicial no solo para las selecciones nacionales, sino para la competencia en sí que depende en gran medida del dinero que generen los espectadores y los sponsors que podrían disminuir en el peor caso que los jugadores de mayor renombre se queden afuera.
Matías Nicolás Domínguez Campo 2°B TT