Antes de los Juegos Olímpicos Tokio 2020, la Federación de Natación había tomado la polémica decisión de prohibir la utilización de gorras para los deportistas con cabello afro, rastas o trenzas, a pesar de que ya se venían usando con éxito desde hacía cuatro años.
Estas gorras de natación extra grandes además tienen silicona y están diseñadas para extensiones de cabellos largos, con protección para los oídos, contra el cloro y, además, mantienen el pelo seco.
Fueron creadas en el 2017 por la compañía británica Soul Cup, pero al no tener aceptación tuvieron que dejar de venderlas. Esto derivó en una gran cantidad de protestas para que se autorice el producto, entre las que se destacó la previa a los Juegos en Japón.
La Federación Internacional de Natación se expresó en ese momento: «Los atletas que están compitiendo en pruebas internacionales nunca han usado y mucho menos han necesitado gorras de ese tamaño y formato».
El órgano rector, tras las críticas y los cuestionamientos, tanto dentro como fuera del deporte, le solicitó a la empresa que volviera a mandar una solicitud de aprobación, algo que finalmente se admitió recién hace unas semanas, el 1 de septiembre.
«Durante mucho tiempo, los gorros de natación convencionales han sido un obstáculo para los nadadores con cabello grueso, rizado o con mucho volumen. No siempre pueden encontrar una gorra que se adapte a su tipo de cabello, y eso a menudo significa que los nadadores de algunos orígenes terminan evitando las competencias o abandonando el deporte por completo. Queremos que la natación se convierta en un deporte accesible, con equipos y trajes de baño que permitan a cualquiera, involucrarse y alcanzar el éxito», explicó Soul Cup a través de un comunicado en su cuenta oficial.
La embajadora principal de la marca es la británica Alice Dearing, quien fue la primera nadadora olímpica de piel oscura. En los Juegos Olímpicos se le negó el permiso para utilizar su gorra. Se asoció con Soul Cap para ayudar a concientizar y promover la diversidad, después de enterarse de que algunas jóvenes deportistas negras abandonaron la natación debido a problemas con el cabello.
Usuarios de redes sociales aseguraban que las gorras de natación clásicas fueron hechas para la comunidad caucásica y de pelo lacio.
«Promover la diversidad y la inclusión está en el corazón del trabajo de FINA, y es muy importante que todos los atletas acuáticos tengan acceso a los trajes de baño adecuados», expresó el director ejecutivo de la FINA, Brent Nowicki, en declaraciones a Reuters.
Luego de varias idas y vueltas e intensos reclamos se analizó la situación y ante un nuevo ciclo olímpico, con todas las miradas puestas en los Juegos Olímpicos de París 2024, la FINA aprobó su uso y a la vez ayudó a que sea un deporte más unido e inclusivo.
Miguel Linares – 2ºA Turno Mañana