En el 2019 se llevó a cabo la semi-profesionalización del fútbol femenino en Argentina, fue tras un reclamo de las futbolistas y del feminismo.
A partir de allí fueron consideradas como trabajadores, es decir, que comenzaron a cobrar sueldos, no muy altos si no que se asimilan al de un profesional de la primera c masculino, además se les agregó viáticos y obra social.
El pie fundamental para que esto sucediera fue la militancia constante del feminismo, lo que llevó que hoy el fútbol femenino tenga más relevancia en la sociedad y en los clubes.
Sin embargo los clubes no están aún capacitados para tener plantel de inferiores femenino, ya que solo cuentan con primera y reserva, porque las canchas auxiliares no suelen alcanzar para todos los entrenamientos.
Lo mismo sucede con la ropa y los viajes, son cosas pequeñas pero que no son tenidas en cuenta a la hora de armar un plantel, no es como el masculino que cuentan con ropa de entrenamiento, para la entrada en calor y camisetas para los partidos, cada una de ellas se arreglan con lo que el club le puede dar, en algunos puede ser más o menos, es según la carga económica y cuento le dediquen a ello.
Con respecto a los viajes es algo similar, por lo que cuentan con micros escolares o de baja complejidad, o simplemente van de forma particular a cada encuentro.
La alimentación va de la mano con estos casos mencionados, pero es algo más fundamental, por eso algunas profesionales no cuentan con el porte físico que deberían tener para este tipo de deporte, ya que no cuentan con un grupo de especialistas que le indiquen el camino hacia cual tendría que tener para realizar cada partido y entrenamiento, es muy importante porque llevar una buena alimentación, porque es un suplemento para la energía fuera y dentro de las canchas.
Hay que tener en cuenta que no suele ser tan visto porque no es un juego parecido al maculino, y porque siempre se solía decir que “las mujeres juegan mal al fútbol”, en realidad no es así ya que una jugadora puede ser más habilidosa que un jugador de primera división masculino, pero eso nadie lo recalca por cuestiones previamente mencionadas.
No hay edad para formar parte de la primera de un plantel femenino, la jugadora más chica puede tener 15 años, saltándose etapas que si hubiera inferiores no pasaría, y la más grande puede ser de 40 años, ya con experiencia más desarrollada.
Agustina Sandoval, 2B,TT.