La Costa Azul es sin duda una de las grandes atracciones de Europa. Sus lujosas ciudades, sus vistas al Mar Mediterráneo y su clima primaveral durante casi todo el año, hacen que sea un destino muy elegido por los turistas. Entre sus ciudades aparece Cannes, una no muy grande, pero que cuenta con uno de los eventos más prestigiosos del calendario cinematográfico. En su cumpleaños número 75, el Festival le abre las puertas al público en un contexto de extraña normalidad. A diferencia del año pasado las restricciones contra el Covid-19 son casi nulas, no es obligatorio el uso del barbijo, no se necesita el pase sanitario para concurrir a eventos públicos (en Francia se dejó de utilizar en marzo) y tampoco habrá testeos previos a quienes concurran. Se podrán disfrutar filmes desde el 17 hasta el 28 de mayo.
Sin duda este, uno de los encuentros más influyentes del cine, se ve atravesado por un gran dilema: cómo volver a atraer al público a la pantalla grande. La realidad es que las plataformas de streaming son cada vez más y ofrecen opciones cada vez más variadas, lo que genera una pérdida de espectadores abrumadora en el cine, debido a que la gente tiene un amplio abanico de opciones desde la comodidad de su casa. Por ese motivo, los organizadores del Festival están cada vez más abiertos a invitar y promocionar las películas de estrellas de Hollywood, con el objetivo de unificar al cine. En esta edición, quienes arribaron a la ciudad francesa fueron Tom Cruise, Tom Hanks, Kristen Stewart y Javier Bardem. Cruise, por ejemplo, estrenará en Cannes la película Top Gun: Maverick, una producción que comenzó a realizarse antes de la pandemia y que recién ahora llegará a las pantallas. Thierry Frémaux, el director del Festival, puntualizó lo siguiente en su última visita a Buenos Aires: «Este es un momento muy importante y también muy peligroso para el mundo del cine”, haciendo referencia claramente a la «guerra» contra las plataformas digitales.
Si de guerra hablamos los europeos no pueden obviar lo que está ocurriendo entre Rusia y Ucrania. Y más allá de la intención del Festival de no tomar partido por ninguno de los dos bandos, sino realizar un pedido de paz, la apertura del evento contó con un mensaje del presidente de Ucrania Volodomir Zelenski. El primer mandatario ucraniano pidió «que el cine no se calle ante la guerra más terrible desde la Segunda Guerra Mundial». Igualmente, a diferencia de otros grandes sucesos culturales como el deporte, en Cannes no se le cerró la puerta al pueblo ruso, ya que el director Kiril Serebrennikov participará por la Palma de Oro con la película Tchaikovsky’s Wife.
En la lucha por la Palma de Oro habrá 21 largometrajes, de los cuales 10 son franceses, lo que demuestra una acentuación bastante clara por lo local (más allá de que históricamente el cine francés fue uno de los más importantes del mundo). El jurado estará presidido por el prestigioso actor galo Vicent Lindon, quien supo tener su época de esplendor en la década del 90′. Los filmes candidatos a quedarse con el bello premio son: Coupez! de Michel Hazanavicious; Showing Up de la directora estadounidense Kelly Reichardt; Armageddon Time de James Gray; y Crimes of the Future dirigida por David Cronenberg protagonizada por Viggo Mortensen, que también paseará por la alfombra roja del Festival.
En esta edición no habrá presencia argentina, y muy poca latinoamericana. Esto se debe a dos razones fundamentales: la primera es la evidente caída del cine argentino en los últimos años y la segunda (y más importante) es la mirada eurocentrista que poseen los organizadores del Festival.
Tiziano Pascale 2°A