La FIGC mantuvo una reunión en la que se completó «el paso reglamentario para la introducción del profesionalismo en el campeonato femenino a partir de la próxima temporada. La liga femenina italiana estrenará su profesionalidad junto a la Liga española el próximo 1 de julio de 2022.
El reconocimiento del profesionalismo del fútbol femenino italiano se produce después de que en febrero la Federación de Fútbol de EEUU y la selección femenina del país cerraran una disputa por discriminación salarial, con un acuerdo que daba a las jugadoras una indemnización de 24 millones de dólares y les concedía el mismo sueldo que el combinado masculino.
«Somos la primera federación de Italia que pone en marcha esta importante vía», señaló Gabriele Gravina, el presidente de la FIGC, al hacer la presentación oficial.
Este acuerdo cambia muchas cosas respecto a las jugadoras. Si bien muchas ya cobraban un sueldo y por encima del mínimo que se impuso, ahora los planteles deberán recibir 26.000 euros brutos de salario mínimo, lo mismo que cobran en la Serie C masculina. Además deberán tener seguridad social, pensión, seguro médico que también las proteja en caso de maternidad.
Para sostener los gastos que implica la profesionalización habrá también un aporte gubernamental, que se suma a las recaudaciones, los derechos de televisión y los diferentes contratos publicitarios.
«El camino está trazado. Ahora quedan tres años para hacer del fútbol femenino un movimiento capaz de autosostenerse económica y financieramente. Sobre todo, necesitamos estrategias a medio-largo plazo», explicó Gabriele Gravina, presidente del Consejo Federal.
Este proceso en la búsqueda de reconocimiento no es nuevo en Italia, sino que se inició hace dos años, cuando la selección de aquel país alcanzó la final de la Copa Algarve y logró la clasificación para la Eurocopa femenina.
El fútbol femenino es una disciplina que viene ganando terreno y popularidad en todo el mundo. Según los últimos informes publicados por la FIFA es uno de los deportes que más creció en la última década.
En muchos países, como los de América Latina, también va creciendo y tomando fuerza en lugares donde la puja por la igualdad de género todavía sigue siendo algo muy difícil. La expansión de este deporte abarca también a colegios, universidades y clubes, incorporándose a su grilla de actividades.
Aún queda un largo camino que recorrer en lo que respecta a la igualdad en el deporte, pero es una prueba más de que el fútbol femenino se está forjando el prestigio y la reputación que merece frente a una audiencia que cada vez es más y más amplia.
Por: Joaquín Galocha