Usain Bolt nació el 21 de agosto de 1986 en la localidad de Sherwood Content, en Jamaica. Sus padres, Wellesley y Jennifer, eran propietarios de una tienda, donde en sus primeros años, el pequeño se pasaba el día jugando al fútbol y al cricket.
Su primera participación en atletismo fue en la escuela. Es muy común que los niños jamaiquinos se dediquen a correr, incluso practican su velocidad, descalzos y sobre el pasto en ese ámbito. El atletismo es el deporte que más les gusta a los habitantes de la isla caribeña – más conocida como la isla de los esprinters- al punto de que un evento de carreras escolares puede congregar miles de espectadores.
Si bien la familia de Bolt no estaba en la pobreza, como la mayor parte de las familias jamaiquinas, la alimentación desequilibrada le provocó una esclerosis, una desviación de la columna vertebral. Esta anomalía, en principio, no le generó ninguna consecuencia, sino todo lo contrario, podía correr a gran velocidad sin ningún problema. Pero, a los 15 años, debieron tratarla, luego de que se convirtiera en el campeón más joven del mundo tras batir el record en los 200 metros en el Mundial Junior.
En su juventud, le costaba mucho entrenar, hacía unas pocas sesiones y se escapaba a jugar al cricket o al básquetbol. Hasta que Asafa Powell – leyenda jamaiquina en atletismo e ídolo de Usain- lo convenció para que se entrenará y no desaprovechara su energía y habilidades en otros deportes.
Su contextura física no se correspondía con la de los grandes velocistas que competían en los 100 metros, por eso su entrenador, Glen Mills, consideró que era mejor que compitiera en los 200 metros -donde se destacaba-, ya que, para el hectómetro, su salida de los tacos era lenta. Pero Usain no le hizo caso, confiando en sus habilidades técnicas que le permitirían alcanzar la meta en pocos segundos.
Así fue como logró el estrellato tras brillar en los Juegos Olímpicos Pekín 2008. Con sus zancadas y su velocidad, Bolt, consiguió tres medallas de oro y tres records mundiales en 100, 200 y 4×100 metros. Convirtiéndose en el hombre más rápido del mundo; llevando por primera vez, la bandera jamaiquina a lo más alto en una prueba de 100 metros.
Un año después, en el Mundial de atletismo de Berlín 2009, batió sus propias marcas en los 100 y 200 metros lisos. Lo mismo hizo en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Río 2016.
El relámpago jamaiquino, particularmente, con su actuación en Pekín y Berlín, causó gran impresión en todo el mundo. Habiendo destronado a los principales velocistas estadounidenses, que eran los que siempre se destacaban y ocupaban los primeros puestos en estas pruebas. Su record llamó la atención de los medios americanos que levantaron sospechas sobre la legitimidad de la competencia del corredor. Bolt se tuvo que someter a once controles antidoping para constatar que su habilidad deportiva no era beneficiada por algún consumo de sustancias prohibidas. De hecho, todos los controles los pasó sin problemas.
Luego de esas críticas, el atleta declaró que jamás dejaría Jamaica para instalarse en Estados Unidos, ni muchos menos para ser contratado por americanos, ya que lo consideraba como una traición a su país, abandonando así, otra de sus grandes pasiones, la NBA.
Con once títulos mundiales y ocho olímpicos, decidió retirarse en 2018. En ese mismo año, incursionó en el fútbol, otros de los deportes que es fanático. Se probó en el Borussia Dortmund, equipo que actúa en la Bundesliga alemana, pero no superó las pruebas para el primer equipo. Decidió entonces, jugar en el Central Coast Mariners de la A-League de Australia, donde disputó tres amistosos convirtiendo tres goles. Sin embargo, al no llegar a un acuerdo por su contrato, se retiró. La última oportunidad, la tuvo en el Stromsgodset de Noruega donde disputó solo un par de minutos, abandonando definitivamente, el sueño de ser futbolista.
Por eso decidió dejar el deporte e ingresar al mundo empresarial: se convirtió en accionista de un famoso restaurante de Jamaica, fundó su propia marca de rasuradoras eléctricas y su compañía de transportes electrónicas (scooters). Actualmente, el mejor velocista de todos los tiempos, promociona una marca de cerveza de bajas calorías, que será auspiciante de los Juegos Panamericanos Chile 2023. Y desde 2020 se convirtió en productor musical y cantante, complementado estas habilidades con su otra pasión, el baile.