Cuando en los ’70 la moda establecía una alta gama de pluralidad en los diseños coloridos y pantalones holgados, liberaciones primitivas fueron expresadas en el ámbito social. Kiss utilizó la libertad para expresar su arte del ‘Heavy Metal’ y con una pizca de rebeldía, apostó a prendas llamativas y maquillajes poco convencionales en sus rostros para aquel entonces. Años después, la otra cara de la moneda tirada al vacío cosechó un gran éxito de más de 20 discos en toda su carrera y giras por todo el mundo.
La banda conformada por Paul Stanley, Gene Simmons, Tommy Thayer y Eric Singer, marcó un antes y un después en el género. Escribiendo su historia que velozmente impregno cómo leyenda y se encargó de ir mutando de generación en generación. Eso fue al menos lo que pudo verse significativamente este fin de semana en el Campo Argentino de Polo (ubicado en la localidad de Palermo), cuando el múltiple rango de edades se conformadas por familias de abuelos, padres y nietos tomaban sitio para presenciar el show, con su gira de despedida llamada «End of the Road World Tour « Esta gira fue anunciada en 2018 para concluir el último capítulo de esta historia que al día de hoy transcriben 50 años de trayectoria. Una cita que estaba prevista el 9 de mayo de 2020, pero debió ser suspendida a causa la pandemia por COVID-19 y terminó desarrollándose este 23 de abril del presente año.
Fue el conjunto argentino ‘Arde la Sangre’, se encargó de entretener al público previamente a la llegada de los protagonistas de aquella noche, que finalmente comenzarían a su última performance 21hs. Y tras 28 años después de su primer concierto en Buenos Aires, parece que no muchas cosas cambiaron a través del tiempo. Ya que, fueron todos los allí presentes y las más de 160 mil personas (que lo siguieron a través de la plataforma ‘Flow’) quienes vibraron con los grandes éxitos que sonaron ese día. El de la apertura fue nada menos que «Black Diamond«, un calentamiento para la seguidilla de otras reliquias cómo: «Beth», «Detroit Rock City», «Cold Gin», «God of Thunder», «I was made for Lovin You«. Pero la frutilla del postre, al igual que aquel septiembre de 19994 en el estadio Monumental, fue «Rock and Roll All Nite». Así rockeó todo el público local, que enloqueció cuando Paul Stanley estampó su guitarra contra el piso, y coronó así lo que sería un emotivo cierre del telón, junto al esparcimiento de las notas musicales que quedarán en los corazones de todos sus aficionados para siempre.
Milagros Recalde 2ºA T.M