Plácido Domingo nació un 21 de enero de 1941 en Madrid, España. Es director, tenor, barítono y un gran artista reconocido por todo el mundo. A lo largo de sus 81 años consiguió varios títulos y premios en sus 4000 actuaciones de toda su carrera, destacando sus 12 premios Grammy. Es fundador de la competición musical internacional Operalia y embajador Mundial de la Cultura Española y la Zarzuela. Estuvo en algunos estrenos mundiales de óperas y protagonizó películas, además de tener mas de 600 funciones como director. Uno de esos majestuosos escenarios en donde tuvo el privilegio de pisar fue el Teatro Colón.
Luego de 50 años de su debut y después de 24 años de la última vez, Plácido Domingo volvió al Teatro Colón. La presentación tuvo lugar el pasado domingo y se trató de una función especial para recaudar fondos a las personas necesitadas de la guerra en Ucrania. Junto a la soprano uruguaya María José Siri, la mezzosoprano argentina Guadalupe Barrientos y la Orquesta Estable del Teatro Colón, dirigida por Jordi Bernácer, se vivió un momento único y se notaba un ambiente de fiesta.
La primera parte comenzó con La forza del Destino de Verdi porque fue la primera ópera que Domingo canto allí. Luego siguió con Nemico della Patria (Andrea Chénier de Giordano) y Pietá, rispetto, amore (Macbeth de Verdi). Sus compañeras interpretaron sus versiones de Elisabeth de Valois de Don Carlos (Siri) y la princesa de Bouillon de Adriana Lecouvreur de Cilea (Barrientos). La gente se levantó de sus asientos y empezó a aplaudir con tremenda euforia con el dúo de Siri y Domingo, al interpretar Mira, d’acerbe lagrime del Trovatore de Verdi.
En la mitad de la primera parte, Bernácer junto con Freddy Varela Montero y la Estable ofrecieron una versión de la famosa Meditación de Thais (Massenet).
La segunda parte de esta increíble función estuvo dedicada a la zarzuela, uno de los géneros musicales en el cual Plácido se destaca. Empezó con un gran éxito de su juventud: No puede ser de La tabernera del puerto de Sorozábal. A continuación, Siri desarrolló fragmentos de obras de Serrano y Asenjo Barbieri, y Barrientos con su versión de Las hijas del Zebedeo (Chapí). A lo largo de esta parte, la Orquesta dirigida por Bernácer, fue interpretando momentos instrumentales para la audiencia. Para finalizar, concluyó con una versión en trio de El día que me quieras, Volver y Granada.
Y así terminó una noche inolvidable, no solo para Plácido, sino también para el público allí presente, en donde a pura emoción y con muchos aplausos se despide de la Argentina uno de los músicos más grandes de todo el mundo, exactamente, un domingo, que será recordado para la eternidad porque todos sabrán quién fue y quien seguirá siendo Plácido Domingo.
Matías Asplanatti