El Volcán Semerú, ubicado en Indonesia, hizo erupción el pasado sábado llevándose consigo muchas vidas, casas y diferentes edificios que estaban en las inmediaciones dejando un caos difícil de solucionar.
5 días pasaron del desastre, pero lo peor todavía no pasó. Sigue habiendo gente desaparecida, sigue habiendo muertos, muchas personas se quedaron sin hogar y sobre todo, las autoridades continúan trabajando sin cesar para ayudar a quienes más lo necesitan.
Hasta hace algunos días, el balance era de 22 fallecidos y decenas de desaparecidos, teniendo en cuenta también que más de 3500 habitantes debieron evacuar de inmediato la zona, aunque a día de hoy, el número cambió.
Ante todo el revuelo de información, las autoridades confirmaron cifras. «El último balance recibido es que en este momento 34 personas han fallecido y 17 están desaparecidas«, indicó el portavoz a la agencia AFP.
Además, también agregó: «56 personas fueron hospitalizadas después de la erupción, la mayoría con quemaduras. Cerca de 3.000 casas y 38 escuelas resultaron dañadas«.
Miles de casas y edificios resultaron dañados, incluidas 24 escuelas, según datos provisionales del Centro de Asistencia Humanitaria para la gestión de desastres (AHA Centre) de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
La erupción también cortó un puente estratégico que conecta dos áreas en el distrito cercano de Lumajang con la ciudad de Malang. Debido a esto, los equipos de rescate trabajan en condiciones difíciles para buscar sobrevivientes y cadáveres, entre escombros, barro y cenizas, mientras que se enviaron perros de búsqueda y rescate para ayudarlos en sus esfuerzos.
Y no solo son ellos, sino que también los soldados buscan víctimas. Lo hacen en un lugar donde una casa está enterrada bajo ceniza volcánica.
El martes, el presidente de Indonesia visitó áreas devastadas por la poderosa erupción volcánica que mató a varias personas y dejó a miles sin hogar. Prometió que las comunidades se reconstruirían rápidamente.
Finalmente, a modo de apoyo y contención, el propio político salió a hablar de la situación, dando a entender su cercanía con el tema. «Espero que cuando las cosas se calmen, podamos reparar las infraestructuras y pensar en la posibilidad de desplazar las viviendas de las zonas que se consideran peligrosas«, dijo.
Por otro lado, las autoridades locales pidieron encarecidamente a los residentes que no se acerquen a menos de 5 kilómetros del volcán debido a que el aire está lleno de polvo de ceniza y para las personas vulnerables sería mortal.
Aunque parezca un hecho insólito y alejado, no es la primera vez que este fenómeno ocurre en este lugar, ya que el Semerú registra algunas erupciones más en las últimas décadas, aunque sin ser tan destructivas como la actual.
De hecho, el volcán mantiene una actividad intermitente, con varias erupciones todos los días, aunque de menor magnitud desde el fin de semana.
Lo que no se puede evitar, es que el problema está lejos de terminar, hay personas que continúan desaparecidas y muertos que aparecen en escena. Tampoco hay que dejar de pensar en qué pasará después, teniendo en cuenta que mucha gente que perdió todo.
Fernando Gorosito