Desde Plaza de Mayo hacia el Congreso de la Nación fue la caminata que realizaron cerca de 10.000 personas en una nueva marcha por la legalización del cannabis. Bajo la tan mencionada “No más presos por cultivar” y el canto de María Marani (guía para la multitud) con “les fumones organizades, marchamos detrás de las consignas que nos representan”, se hicieron sentir en el suelo de Avenida de Mayo y en todo el país.
La ley 23.737 se encuentra obsoleta para los manifestantes, teniendo “una política de drogas de hace 32 años, quedando desactualizada para esta época”, en palabras de Pablo Lema, abogado de la Asociación de Agricultores Cannábicos. A lo que agregó: “Visibilizar la necesidad de una regulación integral del consumo, el uso y los derivados del cannabis que amplíe derechos, ya que consideramos que la ley 27.350 es un parche”. Lo dicho por el abogado no es más que resaltar la escasez de la nueva ley de cannabis para uso medicinal y el Reprocann, lugar donde se autoriza a cultivadores, usuarios y médicos para la prescripción de aceites.
En sintonía, la gente se aglutinaba en las esquinas y en las calles aguardando por la hora exacta para emprender paso a paso las intenciones de llegar a la plaza del palacio legislativo. El Día Mundial de la Marihuana, que se celebra cada 20 de abril, fue la excusa perfecta para mentar la reunión a las 4.20hs de la tarde. Las libertades individuales, las voces que se han pronunciado haciendo énfasis en “cuestiones colectivas”, son el espejo social que focaliza la representación de los mismos. No fue un grito de protesta más. Desde lo conceptual y reflexivo, el carácter de “plural y transfeminista” mencionado por la propia Marani da pie a la realización de la marcha con un contenido más integral. Al encontrarse frente al Congreso, los manifestantes se agolparon por detrás de la histórica Mamá Cultiva y de un escenario que más tarde vería entre sus filas a la banda Karamelo Santo.
La adhesión por parte de Nicolás del Caño (Frente de Izquierda), de Ayelén Espósito (diputada del Frente de Todos) y del Movimiento Evita, le dio el marco político necesario para lograr las intenciones de doce años de lucha por parte de los protestantes: nueva ley de drogas y el punto final a una violencia institucional por parte de las autoridades. La presencia de Mamá se Planta, Acción Cannábica y la Red Feminista Cannábica, también fueron parte de esa multitud, con el apoyo agregado (por primera vez) de la Federación Argentina LGBTQ. La dirigente social de este movimiento se hizo eco de la situación: “Estamos en el momento histórico y tenemos el contexto político para reclamar todos nuestros derechos. Un Estado presente es un Estado que los reconoce y los protege. Por eso es ahora, legalización de la marihuana para todos sus usos y despenalización de todas las drogas. Por la libertad de quienes cultivan y consumen y para que dejen de utilizar la ‘guerra contra las drogas’ como excusa para perseguir y disciplinar a les jóvenes, las mujeres, las diversidades y otros grupos vulnerados en nuestro país y en el mundo”, manifestó .
Manifestantes pidiendo libertad por aquellos presos por cultivar.
Además, la imagen de Lucas González (el futbolista de 17 años de Barracas Central asesinado por la policía) tuvo su lugar en una mención emocionante por parte de la Asociación de Agricultores Cannábicos al pedido de “no más presos por cultivar, tampoco queremos más Lucas González. Ni otro Luciano Arruga”, dejando en evidencia el tinte de no callarse ante estas situaciones, reclamando la integridad y la libertad de las personas.
Matías Martinelli