La película El Joker relata la vida de Arthur Fleck, protagonizado por Joaquin Phoenix, cuyo anhelo es ser comediante, pero su carrera como tal es un fracaso. El repudio social, la marginación y varios sucesos trágicos lo llevan al camino de la locura, haciéndolo llegar al mundo del crimen. Ahora bien, ¿lo que narra la película es solo ficción o refleja lo que habitualmente pasa en la sociedad?
Si bien en este caso, la base de su problema es una enfermedad mental que lo hace reír involuntariamente, y lo hace víctima de crueles burlas, en la vida real son muchas las situaciones en donde las personas son discriminadas por su clase social, discapacidad, etc. Y por más voluntad que esa persona ponga, la cadena de hechos desafortunados cotidianos lo puede llevar a perder el control de la razón.
En el país —y en el mundo— son habituales estos tipos de tratos y de discriminación. La sociedad no está preparada para incluir a estas personas y se opta simplemente por marginarlos. La película refleja el bulling, el maltrato y el dolor que se atraviesa cuando se hace hasta lo imposible por ser aceptado, y aun así no se logra. Indudablemente invita a la reflexión.
Arthur trata, más allá de las adversidades y el mal trato de la gente, poder seguir con su vida normal, anhelando siempre cumplir con su objetivo, pero no lo puede sostener. Encuentra en la violencia una paz que lo hace sentir mejor con él mismo y, de esta manera, le da vida al místico villano que hoy conocemos como “El Guasón”, personaje caracterizado por vestirse de payaso elegante y por generar una ola de crimen en ciudad Gótica.
Mariano Bruno